PARA PROFUNDIZAR DURANTE CADA MES DEL AÑO
La Iglesia intenta santificar el año entero celebrando los santos del día, o las fiestas y solemnidades especiales. Además, a cada mes del año la Iglesia dedica una devoción particular. La elección de esa devoción mensual se hace en base a algún acontecimiento histórico o alguna celebración litúrgica especial.
Estas devociones surgieron a lo largo de la vida de la Iglesia, y no siempre es posible determinar la fecha y el lugar de origen. Y pueden cambiar de un país a otro, dentro de la unidad de la Iglesia respetando la saludable diversidad; especialmente las diferencias culturales del Occidente y del Oriente católicos. Conoce algunas de ellas:
ENERO: mes del Nombre y de la infancia de Jesús
Enero es el mes dedicado a la infancia de Jesús porque sus fiestas nos descubren los primeros años de la vida de Cristo. Tiene gran importancia la devoción del Santísimo Nombre de Jesús: ocho días después de su nacimientos, José lo circuncidó dándole el sagrado nombre. El ángel le dijo a María: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús” (Lc 1, 30-31). Enero nos ayuda a conocer y profundizar en la identidad de Jesús, que "crecía en sabiduría, edad y gracia ante Dios y los hombres". También es una oportunidad para ofrecer a los padres acompañamiento en la educación de sus hijos.
FEBRERO: mes de la Sagrada Familia, Jesús, María y José
Febrero es el mes de la Sagrada Familia. Fue en la Sagrada Familia donde Jesús vivió antes de comenzar su vida pública. Ahí aprendió las cosas santas, trabajó, obedeció a sus padres y se preparó para la gran misión.
Mirando la Sagrada Familia la Iglesia desea que las parejas y los hijos aprendan a vivir según la voluntad de Dios. “El mundo sería mucho mejor si la Navidad no fuera un día, si las madres fueran María y los padres fueran José”.
Aunque el inicio de la Cuaresma varíe de acuerdo con el calendario civil, una buena parte de febrero nos da espacio de tiempo para conocer mejor el Evangelio de la Sagrada Familia antes de la llegada de la Cuaresma.
MARZO: mes de san José, mes del esposo y del padre
Marzo es el mes de la devoción a san José, porque su fiesta mayor es el día 19 de marzo: san José, el esposo de la Virgen; el hombre justo escogido por Dios para ser el padre de su Hijo hecho hombre.
Le tocó a José darle el nombre de Jesús. La Iglesia nos invita a mirar este modelo de padre amoroso, esposo fiel, trabajador responsable, listo a hacer sin demora la voluntad de Dios.
Existen muchas oraciones dedicadas a san José, la letanía en su honor, el tercio de san José, etc.. Santa Teresa de Ávila dijo que siempre que le pedía algo a san José, en una de sus fiestas (19 de marzo o 1 de mayo), nunca dejó de ser escuchada. Todos sus Carmelos reformados tuvieron el nombre de san José.
ABRIL: mes de la Eucaristía y del Espíritu Santo
El mes de abril está dedicado a la Eucaristía y al Divino Espíritu Santo. Casi siempre el día de Pascua cae en abril; e incluso cuando cae en marzo, el periodo pascual de 40 días continúa en abril. La Eucaristía es el centro de la vida de la Iglesia. Ella es el sacrificio de Cristo que se actualiza (se vuelve presente) en el altar, en la celebración de la misa; y alimento (banquete) del cordero que se da como alimento espiritual.
Es la mayor prueba de amor de Jesús con nosotros. Además de la misa, Él permanece en estado de víctima ofrecida permanentemente al Padre en nuestros sagrarios, para ayudarnos en todas las necesidades y estar siempre con nosotros. “Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo” (Jn 13,1).
MAYO: mes de María, virgen , mes de la esposa y de la madre
Mayo es el mes de la Virgen María porque está lleno de sus fiestas: 13 de mayo (Nuestra Señora de Fátima), La Visitación (31 de mayo); y por ser la Madre de Dios y nuestra, el mundo cristiano conmemora el día de las madres el segundo domingo de mayo, (en algunos países el día 10) rogándole que defienda, proteja y auxilie a todas las madres en su difícil misión.
La devoción a la Virgen María quiere destacar el papel fundamental de mediadora de todas las gracias, intercesora del pueblo de Dios, modelo para las madres cristianas, siempre dispuesta a hacer la voluntad de Dios.
Es el mes por excelencia para que las novias se casen y se consagren en sus bodas a María, Esposa y Madre, es el mes de rezar el Rosario.
JUNIO: mes del sagrado corazón de Jesús
Junio es el mes del Sagrado Corazón de Jesús. Una devoción que comenzó alrededor del año 1620 impulsada por santa Margarita María Alacoque y se extendió por todo el mundo con san Claudio de La Colombiere, director espiritual de la santa. Era un tiempo en que había una peligrosa herejía llamada jansenismo, que impedía a los católicos comulgar con frecuencia e inculcaba miedo de Dios a la personas.
La devoción al Sagrado Corazón muestra a un Jesús humano, misericordioso, que perdona como el Padre al hijo pródigo y que anima a la participación de la Adoración a la Eucaristía y a recibir la sagrada comunión.
JULIO: mes de san Joaquín y santa Ana, padres de María y abuelos de Jesús
El mes de Julio lo dedicamos a nuestros mayores, con mención especial a los abuelos. La Iglesia celebra cada 25 de julio la fiesta de los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús, por parte materna, teniendo la oportunidad de presentar las etapas de la vida de las personas como un itinerario vocacional que no se acaba nunca; tampoco cuando nos hacemos mayores y sufrimos los achaques de la edad.
AGOSTO: mes de las vocaciones
Agosto es el mes dedicado a las vocaciones en Brasil. En cada semana del mes la Iglesia presenta una modalidad de ellas: la vocación sacerdotal, matrimonial, religiosa y la de los laicos.
La vocación conduce la vida de la persona y es dada por Dios a cada uno. En su bondad y sabiduría, Dios distribuye sus dones a cada uno como le complace; lo importante es que cada uno descubra su vocación y en ella se realice haciendo el bien a todos. De ahí que durante el mes de agosto los jóvenes rezan pidiendo a Dios el discernimiento para descubrir el camino a seguir. Los laicos deben asumir su identidad y misión como “sal de la tierra y luz del mundo”; fieles a las enseñanzas de la Iglesia, llevando el Evangelio a todas las realidades temporales.
SEPTIEMBRE: mes de la Biblia
Septiembre en Brasil es el mes de la Biblia, con la finalidad de que el pueblo católico se acerque más a ella, la lea y medite, la conozca y profundice en sus conocimientos bíblicos, las parroquias promueven cursos bíblicos, etc. No sin razónsan Pedro dijo: “Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios” (2P 1,20-21)
OCTUBRE: mes del Rosario y de las misiones
Octubre es el mes del Rosario y de las misiones. Del Rosario porque la Europa cristiana se vio libre de la amenaza musulmana que quería destruir el cristianismo, en el año 1571; pero fueron vencidos por las fuerzas cristianas en la Batalla de Lepanto (mar de Grecia). El Papa san Pío V pidió a los ejércitos cristianos que llevaran el “arma del Rosario”. Como la gran y milagrosa victoria se dio el día 7 de octubre, el papa instituyó en este día la fiesta de Nuestra Señora del Rosario.
El mes de las misiones es una devoción para estimular aún más la misión evangelizadora que Cristo confió a la Iglesia. Mandó que sus discípulos fueran por todo el mundo, predicando el Evangelio y bautizando a todos.
NOVIEMBRE: mes de todos los santos y fieles difuntos
Noviembre es el mes dedicado a las almas del purgatorio. El Día de Muertos, 2 de noviembre, está dedicado a las oraciones por todos los fieles difuntos.
El Papa Pablo VI, en la “Constitución de las Indulgencias”, de 1967, estableció indulgencias parciales y plenarias para las almas del purgatorio, y determinó la semana del 1 al 8 de noviembre como la semana de las almas, en que podemos hacer que se beneficien de las indulgencias plenarias mediante una visita al cementerio para rezar por ellas, habiéndose confesado, comulgando y rezando por el papa (padrenuestro, ave maría, gloria al padre). Las almas, por ellas mismas no pueden conseguir su purificación; dependen de nuestras oraciones, misas, limosnas, penitencias, etc., por ellas.
DICIEMBRE: mes del misterio de la encarnación del Hijo de Dios
Diciembre es el mes del Adviento y de la Navidad. Son cuatro semanas de preparación para la venida de Cristo en Navidad. Se hace una “corona de Adviento”, encendiendo una vela cada domingo, meditando ese tiempo de gracia. Es un tiempo propicio para la preparación espiritual y piadosa para celebrar la Navidad y también la segunda y definitiva venida del Señor. Es el tiempo del pesebre, que nos ayuda a meditar este gran misterio de la Encarnación del Verbo, que “se hizo pobre para que nos enriqueciéramos”, como dice san Pablo.