23 de enero:
DESPOSORIOS DE LA VIRGEN MARIA CON SAN JOSE, Memoria
El ritmo del año litúrgico de nuestra vida comunitaria está en total armonía con las orientaciones de la Iglesia pero, fiel a las exigencias de nuestro carisma y a las enseñanzas de nuestro Fundador, pone de relieve aquellos aspectos que se refieren al misterio de la vida oculta de Jesús y no se celebran explícitamente en el calendario general. El misterio pascual de Cristo el centro de nuestra vida cristiana y religiosa, pero lo vivimos desde la luz que dimana de Nazaret. Así, aunque la meta o culmen es el triduo pascual o la totalidad del misterio de Cristo, ponemos un acento especial en los tiempos de Adviento y Navidad, que prepara o celebra la Encarnación del Señor, y hacemos memoria de aquellos santos que estuvieron más vinculados a este misterio de Cristo o lo ayudaron a descubrir y a vivir a nuestro Fundador. Calendario Propio de los Hijos de la Sagrada Familia, Presentación, pág.7 (ed. 1986)
¿Qué son los desposorios?
Aunque la palabra desposorios hoy significa compromiso matrimonial (o la petición de mano), en tiempos bíblicos representaba un acuerdo que tenía incluso más peso legal que una boda de hoy.
El evangelio explica que María estaba despo-sada con José, ¿qué eran los desposorios?
Normalmente los padres arreglaban los ma-trimonios y era su deber buscar el mejor par-tido para sus hijos. Eso incluía la elección de la novia; por tanto, el amor no era la base para el matrimonio.
La boda era una alianza o acuerdo entre los jefes de las dos familias. Cuando se comple-taba el acuerdo, la pareja estaba comprome-tida y se realizaba la ceremonia de compro-miso formal y el padre de la novia daba su consentimiento diciéndole al yerno, como Saúl dijo a David: “Hoy serás mi yerno” ( 1ª de Samuel 18:21).
El rito de los desposorios se realizaba un año antes de la boda propiamente dicha. La pare-ja comprometida se consideraba ya marido y mujer; es por esto que el evangelista san Ma-teo los llama esposo y esposa; y se esperaba que fueran mutuamente fieles durante ese año.
CALENDARIO PROPIO DE LOS HIJOS DE LA SAGRADA FAMILIA, edición 1986
Esta conmemoración se apoya teológicamente en el relato evangélico de esa unión realizada, o por lo menos nos concertada, antes del anuncio del ángel a María, y ratificada formalmente después en la visión que iluminó a San José sobre su ministerio con relación a la Virgen María y al Niño Jesús.
María y José, por obra y gracia de Dios, fueron elegidos para que en el seno de su comunidad de vida y de amor hallase el “ambiente" propicio la encarnación del Hijo de Dios.
Con Cristo, la Alianza de Dios con la humanidad llega a su culminación: "Tanto amó Dios al mundo, que envió a su Hijo..." Y en la alianza conyugal de María y José, se simbolizan, sintéticamente, las Alianzas que Dios ha ido entablado con los hombres.
Históricamente, la Memoria está vinculada al desarrollo del culto litúrgico a San José. El canciller Gerson ( +1428) compuso los textos del oficio y su celebración se fijó el día 23 de enero en memoria del canónigo fundador que falleció este día. A primeros del siglo XV se celebraba en varias provincias de Francia. Paulo III y Benedicto XIII autorizaron y extendieron la fiesta hasta que quedó reducida "pro aliquibus locis".
En la primera parte de las Meditaciones dedicadas a la familia cristiana, el Padre Fundador analiza varios aspectos morales del matrimonio de María con José, y los propone a su imitación: amor, conformidad de pareceres, celo por el cumplimiento de la voluntad de Dios, laboriosidad, fidelidad a los ejercicios piadosos, mutua caridad, etc. Un programa para nuestra vida y apostolado.