USAR, NO ACUMULAR. O EL VALOR DE LO ETERNO
Jesús nos promete el Reino. Pero nos avisa de que no acumulemos bienes materiales pues el corazón fácilmente nos traiciona. El reino es de los libres. De aquellos que han puesto su mirada en la meta y corren sin desfallecer, soltando lastre.
Hablamos poco del cielo en círculos cristianos. Quizá en un tiempo se abusó de ello pero no perdamos de vista que hemos nacido para el cielo. Para lo que no caduca, para lo eterno. Nuestra vida tiene valor en cuanto es un presagio de eternidad. Acumular en la tierra es tan absurdo como plantar la tienda de campaña en un trampolín.