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JUAN MORELL XIFRE (1914-1974)

JUAN MORELL XIFRE (1914-1974)

Sacerdote


Nacimiento: PREMIA DE MAR, (Barcelona), 20-10-1914

Inicio noviciado: LES CORTS, 21-10-1929

Primera profesión: BEGUES, 22-10-1930

Profesión perpetua: ROMA, 25-10-1936

Ordenación sacerdotal: ROMA, 2-5-1937

Defunción: TRES ARROYOS, 31-1-1974



Juan Morell había nacido en Premià de Mar (Barcelona), el día 20 de octubre de 1914 en el matrimonio de Jaime y Rita. Fue bautizado en la parroquia de Premià el día 7 de noviembre del mismo año. Huérfano de padre, en el curso 1925-26 fue alumno del colegio de Huérfanos, de Sant Julià de Vilatorta, pasando desde allí al colegio Nazareno, de Blanes en calidad de aspirante a la vida religiosa y sacerdotal de la Congregación. El día 21 de octubre de 1929 vistió el hábito en el colegio de la Sagrada Familia, de Les Corts, y profesó el 22 del mismo mes de 1930 en el colegio San Luis, de Begues. Don José Parareda, párroco de Premià, había certificado que se trataba de un joven «de buena vida, fama y costumbres y que no le constaba que tuviese impedimento alguno canónico, censura ni irregularidad, que su familia no necesitaba de su auxilio y que le juzgaba muy digno para ingresar en la Congregación».


Siendo escolar profeso, en 1932, fue destinado a la casa de Santa Bibiana, de Roma, para proseguir los estudios eclesiásticos en la Pontificia Universidad Lateranense, en donde en 1937 consiguió la licenciatura en teología. Fue ordenado sacerdote en Roma el 2 de mayo de 1937, después de haber profesado perpetuamente en Santa Bibiana el 25 de octubre de 1936. Había recibido la tonsura el 20 de abril de 1935, las órdenes menores el 26 de mayo y el 15 de junio de 1935; el subdiaconado el 25 de octubre de 1936 y el diaconado el 19 de diciembre del mismo año. La actividad apostólica del P. Morell se centraría casi exclusivamente en el campo de la educación y de la enseñanza para el que poseía especiales cualidades y dotes personales.


En febrero de 1938, desde Roma fue destinado a la delegación argentina como profesor del colegio Jesús Adolescente, de Tres Arroyos. Llegado a su nuevo destino, con fecha 27 de mayo de aquel año escribía al P. Antonio Samá, superior general, a la sazón en Roma, para felicitarle la fiesta onomástica, y añadía: «Y he aquí que me tiene, como dice V. P., engolfado en mi nueva misión. Por ahora va funcionando; tengo 25 niños. El mayor trabajo es corregir tantas sumas, restas, multiplicaciones, etc., pues ya sabe que en un 2 grado no se piden cosas muy altas. Hemos sabido que los Hermanos (de Mosqueroles) han logrado escaparse. Yo hasta ahora no sé nada de mi familia, quizás ahora probaré de escribir. Aún mis pensamientos están en Roma, pues los cinco años en ella pasados, los mejores, han dejado un fuerte recuerdo. Quien había de decir que la Providencia me deparaba esta situación... pero es la mano de Dios que todo lo dirige. Esperemos y confiemos».


Al año siguiente, en 1939, pasó al seminario diocesano de la diócesis de Bahía Blanca, en González Chaves, que estaba al cuidado de la Congregación, en donde el P. Morell desarrolló una admirable labor entre los jóvenes seminaristas, tanto en el aspecto religioso como intelectual.


En diciembre de 1947 pudo viajar a España para celebrar la primera misa entre los suyos y saludar a su familia. Regresado a la Argentina, fue destinado otra vez a Tres Arroyos, en donde se estaba construyendo el edificio nuevo del colegio. «Todo sea —comentaba— para prosperidad de nuestra Congregación y honor de la Sagrada Familia». Allí pasó 5 años más entre las aulas y la secretaría.


En 1955 regresó de nuevo a España y se le encomendó la dirección técnica del colegio Santa María, de Blanes, y en 1956, la del colegio de Sant Julià de Vilatorta, siendo también el superior de la comunidad.


Cuando llegó a Sant Julià hacía poco que había fallecido el hermano Bernat Serra. En la primera comunicación al Padre General decía: «Al mandarle la partida de defunción de nuestro estimado Hno. Bernat (q.e.p.d.), aprovecho para saludarle en nombre de toda la comunidad y notificarle que ya todo está en marcha con bastante regularidad. La salud de todos es buena por ahora, esperando la venida de los fríos. Ya he tenido el gusto de saludar a los señores patronos del colegio. Hablamos del centro y sus necesidades con palabras amables y conciliadoras. Estamos al principio y para principiar todos somos buenos».


Participó por primera vez en el capítulo general de 1958 y después regresó a Tres Arroyos como superior y director del colegio Jesús Adolescente, cuya labor en este centro es la que caracteriza la obra pedagógica, social y humana del P. Morell. En 1960 amplió el colegio con un Instituto de secundaria y en 1968 obtuvo del Servicio Nacional de Enseñanza Privada —SNEP— el reconocimiento de dos secciones de Profesorado de Geografía y Matemáticas y Cosmografía.


Precisamente en noviembre de 1959 había escrito al P. General: «Los viejitos ahora sin complicaciones, y los demás vamos tirando. Ayer día 9 de noviembre hice publicar en los diarios por vez primera y con gran “paura" la noticia de la apertura del secundario, siempre confiando en V. P. (dormitorios, patios, recreos, paseos). Falta gente joven. Todos huyen de la muchachada. Falta sangre joven, optimista y que además del negro vea los otros colores». Y en otra inmediata, insistía sobre la necesidad de personal: «Sobre los refuerzos necesarios para la «última» de las casas de la Congregación, he escrito a todos los M. Rdos. PP. Consultores. Piense que una oportunidad tal, que no se precisan títulos y bastan los certificados de la Congregación, no se presentará más. Después, el día que se enfermen o el P. Rosell, o el P. Motlló, o el hermano Tomás o el hermano Lorenzo, hay que cuidarlos... Atender todo será desatender todo...» (13/XII/1959). Gracias a los refuerzos que llegaron, pudo llevar adelante toda la reforma del colegio.


Una carta de Mons. Rómulo Digiorno, párroco de Tres Arroyos, describe así la labor del P. Morell en la ciudad: «Fue fecunda y prestigiosa la obra del P. Morell en lo educacional, material y espiritual al frente del colegio. A él se debe la fundación del Instituto secundario, obra de suma importancia, el notable aumento de alumnos, las obras materiales y muy especialmente el ala construida sobre la calle 25 de Mayo» (31/V/1964).


En este mismo año, con motivo de la primera promoción de egresados del Secundario, el P. Morell escribió en la Memoria del centro: «... Ellos saben bien el intenso afecto que por ellos sentimos. Son un poco hijos y somos un poco padres. Sus alegrías son nuestras alegrías, sus fracasos son nuestros fracasos, y en este momento de recapitulación y de reanudación, de gozos y esperanzas, estamos con ellos, con todas sus vivencias inmanentes y trascendentes. Lo importante es que no olviden lo granítico, lo inamovible, lo sustancial, nuestras relaciones con Dios, con la patria y con la familia, con el amigo y el enemigo; que los hilos invisibles pero reales del amor a Dios y al prójimo no se corten nunca ni desaparezcan de su corazón».


El P. Morell tomó parte también en los capítulos generales de 1964 y de 1969, ya como superior delegado del superior general. En 1970, reincorporado a la delegación argentina, fue nombrado profesor del colegio San José, de Coronel Dorrego, y tomó a su cargo la parroquia de Monte Hermoso. En abril de este año, escribía al P. Magín Morera: «Estoy en deuda con Vd. Le agradezco de todo corazón todo. Lo que me dijo oralmente y por las cartas. Yo sé que su afecto por mí y por todos los de la Congregación es firme porque es caridad. Tengamos un poco de paciencia».


El día 31 de enero de 1974, un accidente de tráfico en la entrada de la ciudad de Bahía Blanca que le produjo una hemorragia interna, le costó la vida. Tenía 60 años de edad y 40 de vida religiosa. Fue enterrado en el cementerio de Tres Arroyos.



Fuentes: Expediente personal y correspondencia.

BOC 17 (1933, 1) 26; 22 (1938, 1-3) 49; 58 (1974) 24.

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