ANTONIO SANQUIRGO RAMONET (1883-1951)
Coadjutor
Nacimiento: GABÁS (Lleida), 22-2-1883
Inicio noviciado: BLANES, 3-10-1908
Primera profesión: BLANES, 4-10-1909
Profesión perpetua: SANT JULIÀ, 24-10-1912
Defunción: TRES ARROYOS, 14-2-1951
Antonio Sanquirgo, hijo de Miguel y Victoria, era natural de Gabás (Lleida) en donde nació el 22 de febrero de 1883. Era hermano del religioso Juan Sanquirgo, que falleció en Vilafranca en octubre de 1918.
Ingresó en la Congregación el 15 de febrero de 1908, después de su hermano, aunque era mayor que él, y vistió el hábito en calidad de hermano coadjutor, en Blanes, el 3 de octubre de aquel mismo año. Profesó temporalmente el 4 de octubre de 1909 en Blanes, e hizo los votos perpetuos el 24 de octubre de 1912, en Sant Julià de Vilatorta, de cuya comunidad era superior el P. Juan Martí.
El Hno. Antonio siguió en Sant Julià hasta 1924. Se ocupaba en los quehaceres humildes de la casa, como la despensa, el cuidado de los animales y también de la sacristía. En Sant Julià firmó las Preces durante la restauración teatina y declaró abiertamente al Visitador que «él no estará contento hasta que le digan que es aquello para lo cual ha hecho sus votos hace siete años».
En 1924, el Hno. Antonio fue escogido para acompañar a los PP. Antonio Samá, José Fabré y Antonio Pausas destinados al nuevo colegio Juan Eliçagaray, de González Chaves, en Argentina. El Hermano servía a la comunidad desde la cocina, los trabajos domésticos y la atención a los pensionistas. Los primeros años de aquella fundación no fueron realmente fáciles. En Hno. Antonio condividió en todo momento las dificultades que surgían, siendo un punto de apoyo para los otros miembros de la comunidad. La falta de habitación y las estrecheces económicas no fueron obstáculos serios para su espíritu de pobreza y de sacrificio. El P. José Fabré explica, por ejemplo, la construcción del oratorio de la comunidad. «Al tomar posesión del colegio —escribía en julio de 1924—, lo primero que se pensó fue erigir un altar en lugar adecuado donde tener nuestros rezos y celebrar el santo sacrificio de la misa. Pronto quedó armado el altar; una mesa, un tapete clavado en la pared y en su centro un pequeño relieve de la Sagrada Familia. Vino la Señora fundadora del colegio (Anita Eliçagaray) y manifestó el deseo de mejorar la construcción y el día 21 de los corrientes nos vimos gratamente sorprendidos con un precioso altar y un muy simpático grupo de la Sagrada Familia, obra de nuestros compatriotas Majó y Castellanas respectivamente».
Tras siete años de abnegado trabajo en González Chaves, en 1931, al fundarse el nuevo colegio Jesús Adolescente, de Tres Arroyos, el Hno. Antonio formó parte también de la nueva comunidad y allí permaneció hasta el día de su muerte. Las dificultades de esta segunda fundación se le harían más soportables, ya que aquellos sudores y sacrificios construían el porvenir de la Congregación en aquella población. Además de cumplir con exactitud con sus obligaciones religiosas asistiendo con puntualidad y siempre a los actos de comunidad, servía también con el mayor empeño en el comedor de los niños pupilos, cuidaba de la despensa y dedicaba sus tiempos libres, mayormente los días de vacación, a reparar desperfectos, pintar puertas y ventanas, etc.
Durante los veinte años que el hermano Antonio permanecería en el colegio fue testigo de todo el proceso de ampliación y crecimiento: desde los primeros locales de la calle Moreno, 278, en donde el colegio impartió sus enseñanzas durante tres años a partir del 15 de marzo de 1931; el nuevo local de la calle Sarmiento, 275-277, desde 1933 hasta 1936, y finalmente, la adquisición del Hotel Español, que acomodado a las exigencias pedagógicas, se abrió para la enseñanza el 1 de marzo de 1936 en la calle 25 de Mayo esquina Betolaza. Primero fue superior el P. Saturnino Mas, y luego el P. Blas Motlló, quien en 1947 construyó ya buena parte del edificio moderno. Más tarde la comunidad fue ampliada con nuevos refuerzos, pero el Hermano Antonio siguió siendo el ángel custodio de los pupilos y el hombre abnegado para las ocupaciones domésticas.
Precisamente en 1948 el P. Blas Motlló, superior de Tres Arroyos, escribía al P. General sobre el estado de las nuevas obras realizadas: «No hemos resuelto aún la inauguración de la capilla, aulas y dormitorio debido especialmente a la dificultad de la pintura, pues como las humedades no dejan secar del todo las paredes, resulta que nos han aconsejado pintar cuando la temperatura de primavera sea más seca a fin de evitar las manchas que puedan salir en las paredes. En la reunión de julio seguramente se determinará en que fecha se inaugurará, pues haciendo 25 años (en 1949) que los Padres de la Sagrada Familia llegaron a tierras americanas, podría ser que la inauguración se hiciera coincidir en ese año. Dentro de pocos días, a primeros de julio, nos enviarán el altar, que será de mármol. El sagrario nos lo han regalado entre dos familias. El aspecto del colegio, de la parte construida, es muy elegante. Interiormente también tendrá bastantes comodidades, esperando será del agrado de la mayoría».
Un año después de la inauguración, el 24 de noviembre de 1950, el hermano Antonio sufrió un lamentable accidente. El P. Blas Motlló, superior de la comunidad, lo comunicaba así al P. General: «El viernes a las ocho de la noche tuvo que ser internado en grave estado el Hno. Antonio Sanquirgo, debido a haberse quemado de mucha consideración en las piernas y pies al hacer explosión un calentador de petróleo. Según el Dr. Quiroga, que lo atiende, su estado es grave, debido a su vejez, pues teme que sus años no puedan resistir tales quemaduras... Esperamos que nuestro Padre Fundador y la Sagrada Familia atenderán a las muchas oraciones dirigidas a ellos para la salud de nuestro buen y apreciado hermano» (26/XI/1951).
Estaba internado en el Sanatorio Policlínico de Tres Arroyos, prodigándosele toda clase de atenciones durante los 82 días que duró su cruel enfermedad.
Durante este período, el P. Pedro Rosell le leía fragmentos de la vida del venerado Padre Fundador y él ofrecía sus sufrimientos y terribles dolores al Señor, habiendo sido la admiración de médicos y enfermeras, pues, a pesar de sufrir con gran dolor los efectos de las quemaduras de 3er y 2o grado desde las rodillas hasta los pies, nunca se quejó.
«Hoy, 31 de enero —escribía de nuevo el P. Blas Motiló— tuvimos la satisfacción de poder llevar del Sanatorio al colegio a nuestro buen Hno. Antonio. Dios no ha querido que su enfermedad desapareciera, por el contrario tendrá que llevar esta cruz por mucho tiempo dada la gravedad de las quemaduras recibidas. Está en cama con ambas piernas enyesadas y además con pérdida del apetito, lo que hace que su físico se halle muy decaído; todo lo cual nos hace temer por su vida. Dios y la Sagrada Familia le concedan su pronto restablecimiento para bien del Hermano y de nuestra Congregación ya que tanta falta nos hace el personal» (1/II/1951).
Pocos días más tarde se agravó. Recibió con gran fervor el viático y en la noche del lunes 13 de febrero, recibió la unción de los enfermos rodeado de toda la comunidad, falleciendo plácidamente en el Señor a primeras horas del día 14, mientras besaba repetidas veces el crucifijo y el santo rosario y se persignaba con la señal de la cruz. «Murió tan santamente como santamente había vivido». El dictamen médico señaló como causa final uremia por quemaduras.
Contaba 68 años de edad y 42 de vida religiosa. Su cadáver fue inhumado en el cementerio de Tres Arroyos.
«En el colegio Jesús Adolescente, de Tres Arroyos —dijo La Sagrada Familia— ha fallecido rodeado del cariño y solicitudes de toda la comunidad el Hermano Antonio Sanquirgo. Contaba 68 años y hacía 42 que había profesado, larga y fructífera vida que el Señor habrá recompensado con el premio que merecen la abnegación, el sacrificio y la regularidad en el cumplimiento de los deberes de religioso».
Fuentes: Album de Familia, Documenta 2
Expediente personal.
Correspondencia del P. Blas Motlló (1948-1951).
La Sagrada Familia 26 (1924) 26; 317; 1951, III. 15
Restauración teatina VIII. 34.
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