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24 de julio: + ENRIQUE MINOBIS PLANAS (1908-1956)

ENRIQUE MINOBIS PLANAS (1908-1956)

Sacerdote



Nacimiento: FIGUERES (Girona), 1-10-1908

Inicio noviciado: LES CORTS, 23-9-1923

Primera profesión: LES CORTS, 24-9-1924

Profesión perpetua: LES CORTS, 17-9-1931

Ordenación sacerdotal: BARCELONA, 20-2-1932

Defunción: SANT JULIÁ DE VILATORTA, 24-7-1956



Enrique Minobis, hijo de Baldomero y María, nació en Figueres (Girona) el 1 de octubre de 1908. Su madre, que ya era viuda, falleció en 1914. Su tío Juan Planas, en 1919 solicitó el ingresó de Enrique en el colegio de Huérfanos de Sant Julià, en donde permaneció tres cursos.


El 1 de junio de 1922 ingresó en el colegio Nazareno, de Blanes, en calidad de aspirante a la vida religiosa y sacerdotal. La Revista Nazarena consigna algunos trabajos del aspirante Minobis sobre la humildad, los desposorios de la Virgen María con San José, etc.


Vistió el hábito del Instituto el 23 de septiembre de 1923 en el colegio Sagrada Familia, de Les Corts, profesando el 24 de septiembre de 1924. Era prefecto de escolares el P. Fidel Fons. Hizo los estudios eclesiásticos en el escolásticado de Les Corts, y profesó perpetuamente el 17 de septiembre de 1931. En 1928 estuvo de prácticas de enseñanza en el colegio de Huérfanos, de Sant Julià.


En la diócesis de Barcelona fue promovido a las órdenes sagradas: recibió la tonsura y las primeras órdenes menores, el 20 de diciembre de 1930, y las segundas el 27 de marzo de 1931. El 19 de septiembre del mismo año, fue promovido al subdiaconado y el 6 de diciembre al diaconado. Fue ordenado sacerdote, juntamente con los PP. Jaime Puig, Pedro Verdaguer, José Llauradó y Miguel Barrachina, el día 20 de febrero de 1932. «Al siguiente día, 21 de febrero —dice el BOC—, celebraron los nuevos sacerdotes en la capilla del mismo escolásticado su primera misa, que rezaron simultáneamente en presencia de la comunidad y aspirantes. Resultó un acto emocionante y consolador, por primera vez visto entre nosotros y del cual quedará piadoso e indelebre recuerdo».


El P. Minobis celebró la primera misa el día de San José en la capilla de las Religiosas Carmelitas del vecino convento de la Encarnación, de Les Corts. Ya sacerdote, fue destinado al colegio Jesús, María y José, de Sant Andreu, en donde le sorprendió la guerra civil de 1936. Residiendo en una familia de Barcelona, dirigió la escuela abierta por el P. Martín Millet en la calle Rogent, 26. 1º, hasta que el 23 de diciembre del mismo 1936 fue hecho prisionero y se perdió todo el material de la escuela. Él pudo salir de la cárcel Modelo gracias a su hermano, pasando a dirigir un colegio en El Prat de Llobregat, denominado Collegi Modern, hasta que terminó la contienda.


A finales de enero de 1939, fue el primero en tomar posesión del colegio de Sant Andreu. Así lo confirmó el P. Antonio Betrán al P. José Ruensa, el 17 de febrero de 1939: «El día siguiente de la entrada de los nacionales sindicalistas en Barcelona me presenté al colegio de Sant Andreu para tomar posesión del mismo y ya se me habían adelantado el P. (Enrique) Minobis y varios jóvenes de la Post-escolar a quienes delegué mis facultades para acudir a la comandancia militar y pedir autorización para recorrer los diversos centros marxistas y apoderarse de lo que nos habían expoliado». Se reemprendieron las clases en seguida y el P. Minobis fue nombrado secretario del colegio.


En marzo de 1940, escribía el P. Minobis: «Después de estos tres años de angustia y privación espiritual, me siento obligado a recordar aquellos días en que, a pesar de todo, nos reuníamos y cambiábamos impresiones alentándonos mutuamente a proseguir y a trabajar en la viña del Señor que por cierto es muy grande y en aquel entonces los operarios eran muy pocos. Ya todo pasó; vueltos a la normalidad, la Sagrada Familia velará por nosotros y nuestros heroicos mártires abogarán ante Dios para que nos ilumine en el porvenir. No crea que sean estas palabras de ánimo decaído, al contrario, pues el mismo celo y amor a la Congregación así me hace hablar. No puede imaginarse lo mucho que me alegra cuando por mediación del M R. P. Millet sabemos noticias de nuestros aspirantes, novicios y profesos de Italia. Al considerar que, mientras en España se destruían los sudores de nuestros antepasados, en Italia se sembraba pudiendo hoy ya constatar con no menos satisfacción cómo va desarrollándose aquella semilla y que muy pronto va a dar abundantes frutos. Parece que era ayer cuando por primera vez nuevamente pisábamos nuestra casa (de Sant Andreu) de la que habíamos sido desposeídos por aquellas hordas de devastación que de todo hacían fuego. Nuestra casa a pesar de todo presentaba buen aspecto, pero al pisar el umbral de la Iglesia y verla convertida en un salón de conciertos sin ningún altar, las paredes completamente desnudas, no colgando de ellas más que unos malhechos carteles de propaganda roja, causó en mi un hondo sentimiento. Con gran entusiasmo estamos trabajando para que el templo de Dios vuelva a ser lo que era o más».


El 5 de marzo de 1941 fue nombrado director de la congregación mariana y de la Sagrada Familia, anotándole las advertencias siguientes en el nombramiento firmado por el padre general: «Para fomentar el espíritu cristiano-católico de los congregantes, les dará semanalmente una instrucción religiosa adecuada; regulará su presencia y actuación en la Congregación, de modo que no le impidan su asistencia habitual a todos los actos de comunidad».


En septiembre de 1941, el P. Minobis fue nombrado superior delegado del colegio San Ramón, de Vilafranca del Penedés, pero ante la imposibilidad de mantenerlo con decoro, fue ordenada la clausura en julio de 1943. Él pasó al colegio San Pedro Apóstol, de Reus, como superior y ecónomo, que estaba establecido en el Arrabal Robuster, 12. Pero la falta de personal y el poco interés y colaboración que encontraban los religiosos en la población, hicieron que se clausurase el colegio en junio de 1947.


«Nos encontramos en pleno desarrollo de nuestras actividades escolares —escribía al P. Millet, a la sazón en Estados Unidos, el 15 de noviembre de 1945—, y siguiendo la trayectoria trazada en nuestras Constituciones procuramos infiltrar en los corazones de nuestros pequeñuelos las sanas enseñanzas de la doctrina cristiana, habiendo procurado para ello que no les falten los elementos más principales para su formación como son: la confesión semanal y la santa misa en los días festivos. Asimismo celebramos los primeros viernes de mes con solemnidad o sea la misa con exposición de S.D.M. cantando los niños los cantos litúrgicos.


Todos los sábados se da a los niños la plática con explanación del evangelio. Para ello y. a fin de que todo el peso de la carga no recaiga sobre mi persona, el P. Saborit reúne en su clase a los alumnos de 4º grado y comercio cuidando él de la plática y el que suscribe la de todos los sábados después del rezo del santo rosario, a los alumnos de bachillerato.


El P. Minobis se hizo cargo del colegio de Sant Julià en septiembre del mismo año de 1947, y del que ya no se movería hasta su muerte. «De la observancia religiosa —escribía al padre general en octubre del mismo año— debo comunicarle que todo marcha muy bien y reina mucha armonía y buena caridad con todos los religiosos de la comunidad. Con los patronos hay muy buena relación (siempre desde luego a cierta distancia) ya que la precaución guarda la viña y máxime teniendo en cuenta el carácter de la señora».


Fue en varios trienios superior y ecónomo del mismo colegio, destacando su labor en la promoción de la Imprenta Mater establecida allí y en la que trabajaban algunos alumnos. En ella se imprimían varias revistas externas, Hoja Nazarena y se hizo la reedición del Espíritu de los Hijos de la Sagrada Familia, en 1956, en castellano y en inglés.


El P. Minobis se distinguió siempre por su carácter emprendedor y por su dedicación a empresas de orden temporal, pero procuraba también el cumplimiento de sus obligaciones religiosas y sacerdotales. Cultivó asimismo su afición a la filatelia. En octubre de 1955 ya estaba preparado para incorporarse a la delegación norteamericana, pero lo impidieron los trámites emigratorios de aquel país.


El 24 de julio de 1956 falleció en el colegio de Huérfanos, de Sant Julià a consecuencia de una úlcera en el estómago de extrema violencia que le proporcionaba persistentes hemorragias. Contaba 48 años de edad y 32 de profesión religiosa.


Sus restos mortales descansan en el cementerio de Sant Julia de Vilatorta.


Fuentes: Documenta n.2 Album de Familia

Expediente personal y correspondencia.

BOC 16 (1932, 2º) 15; 40 (1956, 4º) 53

La Sagrada Familia 34 (1932) 193; 1956, VII-VIII 23.

Correspondencia del P. Antonio Bertrán (1939).

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