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21 de julio: + HONESTO TATJER LAPUJA (1907-1966)

HONESTO TATJER LAPUJA (1907-1966)

Sacerdote


Nacimiento: SANT JOAN DE LES ABADESSES (Girona). 9-2-1907

Inicio noviciado: LES CORTS, 25-9-1922

Primera profesión: LES CORTS, 26-9-1923

Profesión perpetua: ROMA, 1-11-1929

Ordenación sacerdotal: ROMA, 19-1-1930

Defunción: SANT ANDREU, 21-7-1966



Honesto Tatjer, hijo de Juan y Josefa, nació en Sant Joan de les Abadesses (Girona) el 9 de febrero de 1907. Era sobrino del P. Enrique Tatjer y hermano del religioso coadjutor Juan T. Fue bautizado el día 16 del mismo mes y año y confirmado el 15 de junio de 1910.


A la edad de 12 años, el 12 de enero de 1919, ingresó en el colegio Nazareno, de Blanes, en donde estudió cuatro años de latín y humanidades. La Revista Nazarena de aquellos años conserva varias colaboraciones del aspirante Honesto Tatjer. El 25 de septiembre de 1922 vistió el hábito de la Congregación en el colegio Sagrada Familia, de Les Corts, profesando el 26 de septiembre de 1923. En Les Corts estudió dos cursos de filosofía, habiendo sido destinado a Roma en octubre de 1925 para continuar los estudios eclesiásticos en el Seminario Romano. Obtuvo la laurea en filosofía en 1926, la de teología en 1930 y la de derecho canónico en 1932.


Hizo los votos perpetuos el 1 de noviembre de 1929 en la casa de Santa Bibiana, y progresivamente recibió los órdenes sagradas: la tonsura el 26 de febrero de 1927; las órdenes menores el 14 y 28 de julio de 1929; el subdiaconado y el diaconado el 1 de noviembre y el 21 de diciembre de 1929 respectivamente. Fue ordenado sacerdote el 19 de enero de 1930, continuando en Santa Bibiana como secretario del procurador general y completando los estudios de derecho.


En el capítulo general de 1932, el P. Honesto se vio sorprendido con la elección para el cargo de procurador general ante la Santa Sede, sin haber asistido al capítulo, siendo confirmado en el mismo cargo en los de 1933, 1939 y 1941. Desde 1933, cuando llegaron las actas del proceso informativo a Roma, fue también postulador de la causa de beatificación del Padre Fundador, cuyas primeras facturas sobre la traducción de las actas y revisión de los escritos, pagó con su propio trabajo en otras causas de la misma Sagrada Congregación.


Por razón del servicio militar permaneció en Barcelona desde octubre de 1934 hasta agosto de 1935, regresando en esta fecha a Roma. Dado que las obligaciones militares le permitían estar bastantes horas en Les Corts, fue profesor de derecho canónico, teología fundamental, apologética y filosofía en el escolasticado durante aquel curso. De nuevo en la sede romana, trabajó activamente en la Asociación de la Sagrada Familia, de León XIII, reorganizando el archivo de la misma y preparando la corrección y edición del nuevo Reglamento acomodado al Decreto del Vicariato de Roma, del 3 de abril de 1928.


Durante la revolución civil española acogió y acomodó con satisfacción a todos los religiosos que acudieron allí, incluido al propio padre general, y fue secretario y consejero del gobierno general provisional que la Santa Sede concedió al padre general hasta el capítulo de 1939. El cuidó la publicación del BOC y la edición de los oficios litúrgicos propios de la Congregación. El 25 de julio de 1936, después de deplorar la situación en que se hallaban los religiosos y las casas, el P. Samá preguntaba al P. Honesto: «Y ahora pregunto, ¿qué hacer? Se impone un esfuerzo titánico común. Así que amanezca, así que vea un rayo de luz, ¿puedo dirigirme a ésa? ¿con cuánto? ¿cómo? Medios pecuniarios, ¿de dónde los saco? ¡Hablen, por Dios! hablen con el corazón al servicio de la mente... En fin, queridísimo: estamos pasando la prueba más dura que ha sufrido la Congregación. Oremos, oremos, oremos!»


Al enterarse de la muerte del P. Samá expresó esta condolencia: «Nos sentimos huérfanos, doblemente probados, pero confiamos en la Sagrada Familia que no abandonará su Congregación. Yo, y conmigo toda la comunidad de Pálmoli, incluso principalmente el P. Delegado, pensamos que reunir un nuevo capítulo sería de mucho gasto y escaso resultado... He escrito simultáneamente al P. Juan (Doménech) para que interpele a la S. Congregación de Religiosos» (26/XI/1939).


Desde octubre de 1939 hasta enero de 1947, además de procurador general, fue superior y director del colegio Sacra Famiglia, de Pálmoli, delegado general de Italia y juez ordinario del tribunal eclesiástico de Chieti. En Pálmoli, junto con los PP. Magín Morera y Salvador Massip, le tocó vivir las zozobras de la segunda guerra mundial y responder de la seguridad y manutención de los numerosos formandos que, algunas noches tuvieron que ser distribuidos en los pajares de las casas de campo vecinas. Con mucha serenidad y tranquilidad cohabitó con los alemanes refugiados en el colegio.


En el capítulo general de 1947 fue elegido consultor general II y secretario general, regresando a España, al colegio Jesús. María y José, de Sant Andreu, hasta el mes de septiembre de aquel mismo año en que, residiendo en un piso de la calle Anglesola, 11, de Les Corts, presidía la comunidad del escolasticado y dirigía las obras de reconstrucción del seminario Sagrada Familia, a donde pasó ya en octubre de 1948 y en donde permaneció hasta su muerte.


En el capítulo general de 1952 fue confirmado en el cargo de consultor y secretario general y en los de 1958 y 1964 en el de secretario general. Simultáneamente fue prefecto de escolares, superior y ecónomo de la casa, vicario, etc. Era capellán de las Carmelitas de Les Corts, confesor de otras comunidades femeninas y ayudaba pastoralmente a varias parroquias de la ciudad.


El P. Honesto fue el hombre de confianza de la curia general durante muchos años. Su prudencia, preparación y capacidad de trabajo le hacían el hombre insustituible en la secretaría de la Congregación. Poseía un latín elegante con el que trabajó en la procura general y desde ella en algunas congregaciones romanas, en la secretaría general y en favor de otros institutos a quienes tradujo las Constituciones.


En Barcelona, fue profesor del seminario (filosofía, moral, latín, etc.), defendió la propiedad de Les Corts y fue el responsable por varios años de la administración de la revista La Sagrada Familia, en la que había colaborado durante mucho tiempo bajo el seudónimo de «Sofronio». de la Visita Domiciliaria y Hoja Nazarena y de la «Imprenta Padre Manyanet». Publicó los folletos Les Corts defiende su suelo y su techo (1958) como presidente de las comisiones de Les Corts, y Los cuatro pilares del latín (1960). Se conserva, además, un abundante epistolario, tanto en la procura como en la secretaría general, varias agendas-diario, cuadernos de apuntes espirituales y esquemas de sermones y pláticas de la época de Pálmoli principalmente.


Hombre sencillo y bueno, humilde a pesar de su preparación, incapaz de la doblez y del engaño, acogió siempre a todos, pequeños y grandes, con la misma atención y dedicación, e hizo siempre el bien, entregado en cuerpo y alma al desempeño fiel y constante de sus obligaciones religiosas, sacerdotales y profesionales. En 1955, celebró las bodas de oro sacerdotales más por gusto y disposición de los superiores y familiares que por deseo personal.


En 1965, una esclerosis lateral aniotrófica fue mermando las facultades físicas y mentales del P. Honesto, debiéndose retirar prácticamente de sus quehaceres habituales. Por varios meses aún, escribió a máquina actas de los consejos y los mensajes que distribuía a unos y a otros. Internado en una clínica de Barcelona, falleció el día 21 de julio de 1966. Contaba 59 años de edad y 43 de profesión religiosa.


«De nuestra revista —dijo La Sagrada Familia— fue el infatigable director de la administración durante varios años. Otros trabajos más interesantes o de más relieve no le distrajeron de eso tan menudo a lo que se dedicó con el mismo empeño que a una gran tarea.


Su larga, penosa, difícil, resignada enfermedad no le turbó jamás. ¿Cuántos quilates en el amor de Dios? Están en la providencia de Dios, que a nosotros nos dejó su ejemplo. Y este ejemplo vale por toda una vida sencilla, humilde, sabia, sosegada, algo tozuda, siempre en el servicio de cuanto lo llamamos obediencia quiso mandarle. Por ello ha de vivir muchos años el Padre Honesto». Sus restos mortales fueron inhumados en el cementerio de Sant Andreu de Palomar.


Fuentes: Documenta n.2 Album de Familia

Expediente personal y correspondencia.

BOC 18 (1934, 4º) 19; 19 (1935, 4º) 86; 1947-1966.

La Sagrada Familia 32 (1930) 102; 1955. II. 23; III, 21; 1966, IX. 229.

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