CARLOS GODAYOL LLEONART (1872-1890)
Coadjutor
Nacimiento: VILADRAU (Barcelona), 1-10-1872
Inicio noviciado: SANT ANDREU, 1887
Primera profesión: SANT ANDREU, 1889
Defunción: SANT MARTI DELS PROVENCALS, 20-7-1890
Carlos Godayol, hijo de Pedro y Dolores, nació en Viladrau (Barcelona) el 1 de ctubre de 1872. Fue bautizado al día siguiente en la iglesia parroquial de Sant Martí.
Se conocen muy pocos datos de la infancia del hermano Carlos y de su ingreso en la Congregación. Es probable que, por el influjo del colegio Sagrada Familia, de Sant Hipólit de Voltregá, conociese al Instituto y hubiese ingresado en el colegio Jesús, María y José, de Sant Andreu, hacia 1887. A él podría referirse este comentario genérico del Padre Fundador hecho al P. Buenaventura Mullol, en julio de este año: «Van entrando algunos jóvenes que luego podrán ser útiles y parecen de buena índole. Laudetur Deus».
El hermano Carlos forma parte de la primera generación de hermanos coadjutores que tanto ayudaron al Padre Fundador en los primeros años de expansión y consolidación del Instituto. Son de este mismo período los hermanos Antonio Buira (ingresado en 1888) y el hermano Francisco Pinos (en 1884). Es probable que hubiese emitido su profesión religiosa en 1889.
Según el acta de defunción, el hermano Carlos era carpintero de profesión y ayudaría al hermano Francisco Pinos en sus múltiples trabajos de carpintería como hizo para todas las casas de los dos Institutos. Pero el hermano Carlos no aparece mencionado en ninguno de estos encargos ni múltiples desplazamientos que hizo el hermano Francisco. El trabajaba a sus órdenes y, probablemente, completaba su tiempo con alguna asistencia a la portería o con el acompañamiento de los niños más pequeños del colegio de Sant Andreu.
Según testimonio de los religiosos antiguos, el hermano Carlos era de carácter jovial y su buen humor le hacía ser estimado y apreciado por todos. Sin embargo, no era de salud muy robusta, padecía una enfermedad dolorosa y el médico le había recomendado tomar baños en el mar dos veces por semana. Otro de los hermanos, el hermano Antonio Buira sobre todo, solía acompañarle a la playa de Sant Adriá del Besos.
Cuando el hermano Carlos entró en el Instituto, se acababa de recibir el Decretum laudis del mismo y se iniciaba una etapa de mucha popularidad y admiración, particularmente en la ciudad de Barcelona, gracias sobre todo a las escuelas que la Asociación de Católicos confió al Instituto. Entraron varias vocaciones, se ordenaron los primeros religiosos y el Instituto era tomado en más consideración. No hay duda de que la primera aprobación pontificia fue una inyección de optimismo y de confianza. Tanto más cuanto que la dolorosa enfermedad sufrida por el Padre Fundador, entre 1885 y 1886. había puesto en serio peligro también la vida de la Congregación.
Sant Andreu, la casa profesa y colegio Jesús, María y José, era ya el centro del Instituto. Allí acudían de Fraga o de Santa Coloma, de Cambrils, de Barcelona o de Sant Hipólit para traer o llevar encargos, para cambiar de residencia, para entrevistarse con el Padre Fundador, para asistir a las principales fiestas. No es de extrañar, pues, que saltase a menudo en la prensa de la ciudad para consuelo de todos. Particularmente El Correo Catalán se complacía en reseñar las fiestas de inicio y fin de curso, la fiesta patronal de San José, las primeras comuniones, el reparto de premios, etc. Por ejemplo, de la fiesta de San José, del año 1890, que vivió también el hermano Carlos, tras anunciarla el día 16 de marzo, relató el 23 del mismo mes:
«El miércoles próximo pasado celebraron los Padres religiosos de la Sagrada Familia, de Sant Andreu de Palomar, solemnes fiestas dedicadas a su excelso Patrón el Patriarca San José. Por la mañana, a primera hora, verificóse la vestición de hábito, que recibieron muchos jóvenes (el P. Ramón Oromí fue uno de ellos), cuyo acto fue conmovedor. A las nueve cantóse oficio con orquesta, celebrando el Muy Reverendo Padre Manyanet, superior general, haciendo un magnífico panegírico del Santo el P. (Miguel) Longás. Por la tarde, a las cinco, celebróse un acto religioso-literario, bajo la presidencia del Muy Reverendo Padre Superior. Merecieron justísimos aplausos todos los trabajos, especialmente la discusión sobre el tema: «De las religiones comparadas, ¿es el catolicismo la única verdadera?»; el discurso sobre la «Influencia de la dominación árabe en la civilización española» y el de gracias que con inspiradas frases pronunció el padre secretario, Luis Tallada. La parte musical dirigida por el maestro señor (Julián) Vilaseca, estuvo inmejorable. Todos los referidos actos, lo mismo que la comunión general, estuvieron concurridísimos, quedando los asistentes sumamente complacidos de las dichas solemnidades». Según el anuncio del programa, se terminó la fiesta con un castillo de fuegos artificiales.
El 29 de junio, Godayol asistiría con los otros escolares y novicios a la fiesta de distribución de premios que la Asociación de Católicos organizó en su salón social, acompañando también al Padre Fundador, que solía honrar estos actos con su presencia, y principiarían luego el horario de verano que permitía, entre otras cosas, la asistencia en grupo por parte de los jóvenes a la playa. El hermano Carlos debía hacerlo, además, por prescripción médica. Es probable que fueran a bañarse en el mar Mediterráneo, a la altura de la desembocadura del rio Besos, ya en el término municipal de Sant Adriá del Besos.
Fue en una de estas ocasiones en que el hermano Carlos encontró la muerte. Nos da la noticia el mismo Padre Fundador en una carta pormenorizada al P. Buenaventura Mullol del 24 de julio de 1890:
«He tenido unos días —dice— de gran pena y tribulación a más de las ordinarias. El domingo pasado (día 20) se nos ahogó en el mar el tan buen hermano Carlos Godayol. Debía tomar baños de mar al oleaje por precepto del médico: fueron allí con varios otros hermanos, y a pesar de que la mar estaba algo picada, quiso el hermano Antonio (Buira) probar fortuna; vino una ola que arrebató a Carlos y puso en inminente peligro a Antonio, que se salvó por milagro; Carlos desapareció en un momento sin poder dar con él a pesar de todos los medios empleados. Loado sea Dios y R.I.P. su alma. Ayer apareció en el término llamado La Bota. Figúrese el trastorno y pasos que hemos pasado y andado».
El «Campo de la Bota» está situado en el litoral mediterráneo, desde la desembocadura del rio Besos hacia la ciudad condal, y su origen se remonta a las escrituras del siglo X. Se hablaba de la «Tonna», bota o tina en catalán, para expresar cavidades o depósitos de líquidos que se encuentran excavados en las montañas del Turó de la Peira o «Montedellus».
Era, pues, el 20 de julio de 1890, domingo, sobre las seis de la tarde, cuando falleció asfixiado por submersion en las aguas del mar frente a Sant Martí deis Provengáis. Contaba 17 años de edad y acaso uno de profesión religiosa. Sus restos mortales fueron inhumados en el cementerio de Sant Martí deis Provengáis.
Fuentes: Documenta n.2 Album de Familia
Expediente Personal.
Epistolario del Padre Fundador (1887-1890)
El Correo Catalán, 23 de marzo 1890.
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