Constituciones 72:
La función de la autoridad: servir, no ser servido
La autoridad es ejercida con humildad y respeto, como un servicio a los hermanos hecho en nombre de Dios y a imitación de Jesucristo, para buscar, manifestar y cumplir la voluntad de Dios.
La vida de la Comunidad y de los hermanos es regulada por el derecho universal de la Iglesia y por el derecho particular del Instituto que se establece en estas Constituciones, en el Directorio, en los Acuerdos Capitulares, en los Acuerdos Viceprovinciales y en otras decisiones de los legítimos Superiores.
La suprema autoridad interna de la Congregación reside de modo ordinario en el Superior General y, temporalmente, en el Capítulo General durante su celebración.
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