Constituciones 54:
Los equipos de formadores
Tres son los equipos responsables de toda la formación y cada uno desarrolla en su parte este importantísimo cometido en el Aspirantado, en el Noviciado y en el Escolasticado para bien de todo el Instituto y de la Iglesia.
Los equipos encargados de la formación tienen un triple cometido:
a) Cultivar mediante una formación religiosa peculiar el germen de la vocación divina de los adolescentes y jóvenes bajo la dirección paternal del Prefecto de aspirantes, el cual orienta adecuadamente sus costumbres y comprueba su aptitud y madurez para iniciar la vida del Instituto;
b) Conducir a los novicios, bajo la guía del Maestro de novicios, hacia un mejor conocimiento de su vocación divina y de la propia del Instituto, imbuir su mente y su corazón del espíritu del mismo y ofrecerles la oportunidad de experimentar el estilo de vida de la Congregación para que comprueben ellos mismos su decisión y su idoneidad;
c) Colaborar con el Prefecto de escolares para completar la formación de los hermanos, de modo que experimenten más plenamente la vida propia del Instituto y puedan continuar adecuadamente su misión.
Se realiza este trabajo de la formación según las directrices de la Iglesia y del Instituto, atendidas las exigencias de los tiempos y las nuevas aportaciones culturales y sin descuidar las aspiraciones de los mismos jóvenes, hábida cuenta también de las necesidades de la Iglesia y de la situación histórica y social.
El Superior de la casa preside cada uno de los equipos de formación. El religioso responsable de la misma puede tener colaboradores escogidos convenientemente, los cuales, en lo que respecta a la formación, están bajo sus órdenes. Todos los otros religiosos del Instituto les ayudan con interés. En el equipo de formadores hay unidad de criterio, se evita toda división y reina siempre la caridad.
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