Constituciones 53:
Corresponsabilidad entre el candidato y el formador
La formación religiosa del Hijo de la Sagrada Familia es una acción recíproca entre el candidato y su formador. Es verdad que una persona no madura sino desde su propio interior, pero esto no se consigue sin la interacción con los demás y sin la ayuda que de ellos recibe, particularmente de su formador, el cual conviene que sea guía, testigo y compañero.
Es necesario un clima basado en el diálogo y en la confianza mutua, pues son las notas propias de nuestro estilo de vida familiar y de nuestro ministerio.
El período de formación es para nosotros un tiempo no tanto de espera cuanto de creciente disposición y empeño hacia el ministerio y la santidad. Es indispensable tanto para el individuo como para la Congregación.
Los formadores son elegidos entre los religiosos que, por su equilibrio, cultura humana y religiosa y amor al Instituto, pueden ejercer este cometido de tanta trascendencia; que valgan para expresar y contagiar el ideal de nuestro Instituto; que sean capaces de diálogo, dotados de ascendiente entre los jóvenes y enriquecidos con la necesaria experiencia pastoral y pedagógica.
El Superior Mayor con el voto deliberativo de su Consejo es el responsable del nombramiento, preparación y actualización permanente de los formadores.
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