Constituciones 41:
Cristo es enviado nuevamente al mundo en el hermano como camino, verdad y vida
En cada uno de nosotros, Cristo, de quien nos hemos revestido, es de nuevo por medio de María y José, el don nazareno del Padre para la salvación del mundo. Cristo, en cada hermano, no sólo es el Hijo amado de Dios en el que el Padre se complace, sino también el hombre que, con el don de sí mismo –camino, verdad y vida–, redime al hombre. Entre nosotros Cristo es el primogénito entre muchos hermanos, asociados a Él en la misma casa de Nazaret, casa de fe, esperanza, caridad, santidad y paz, en donde la Sagrada Familia manifiesta igualmente el misterio singular de su santidad humana y divina, y desde donde proclama al mundo la verdad del Reino de Dios: es decir, la morada de Dios con los hombres, en la Tierra nueva en donde habita la justicia.
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