Artículo 2: ESPIRITUALIDAD DE LA ASOCIACIÓN DE LA SAGRADA FAMILIA

En la Iglesia todo camino espiritual se inicia con el bautismo que nos hace hijos de Dios y seguidores de Jesús. Por eso, Jesús es el modelo de la espiritualidad cristiana y todo bautizado recorre un camino personal.

Jesús, que venía de la Familia divina, nos reveló que Dios es “Familia” y manifestó su designio sobre la institución familiar formando parte de una familia humana, la Familia de Nazaret, escuela del Evangelio y primera “Iglesia doméstica”. Nos hizo comprender así que la realidad que nosotros vivimos proviene de la comunión familiar de Dios como Trinidad y encuentra su modelo en la familia que El formó con María y José en Nazaret.

Por tanto, el fiel cristiano y la familia que, respondiendo a una llamada de Dios, entra a formar parte de la Asociación, emprenden una camino espiritual de progresiva configuración con la Sagrada Familia de Nazaret, ideal de su vida. Cada miembro de la Asociación, de forma personal y comunitaria, se compromete al cumplimiento de su misión conyugal y familiar, creciendo en la fe, la esperanza y la caridad y haciendo de la Sagrada Familia el objeto de su contemplación y el modelo de su vida de oración, comunión doméstica y acción apostólica.