Las capillas de la Sagrada Familia
Todos tenemos en la mente estas cajitas de madera, con una imagen de Jesús, María y José en su interior, con un cristal delante para protegerla pero a la vez permitir la visión, y con una asa para poder ser transportadas. Sabemos que la tradición de los "coros" de la Sagrada Familia está muy arraigada en Catalunya (España).
No es fácil retroceder en la historia para encontrar el origen. De hecho, consta desde muy antiguo la tradición de estas capillas, no sólo de la Sagrada Familia, sino de imágenes diversas de la Virgen o los santos, que iban pasando de casa en casa como una forma de devoción y de oración.
Lo cierto es que el papa León XIII instituyó en 1892 la Asociación de la Sagrada Familia, para promover entre las familias el culto a la Sagrada Familia de Nazaret y tomarla por modelo de virtudes en las propias casas. Esta asociación difundió todo tipo de imágenes y estampas de la Sagrada Familia para tener en un lugar visible de las casas particulares, y facilitar la oración en familia, entre ellas, evidentemente, nuestras capillas.
En esta línea se promovió pocos años después la Visita Mensual Domiciliaria, que organizaba la circulación de las capillas en "coros" de varias familias, con una "celadora" responsable.
Hay que mencionar también el papel que tuvieron en nuestra casa los Hijos de la Sagrada Familia, congregación fundada por san José Manyanet, el carisma del que era precisamente el de ayudar a las familias con la espiritualidad propia del hogar de Nazaret, recordemos que el padre Manyanet fue el inspirador del templo de la Sagrada Familia de Barcelona.
Los religiosos manyanetianos y su revista "Sagrada Familia" (creada en 1899), colaboraron mucho en la difusión de esta devoción y tradición. De hecho, los libretos de la Visita Mensual Domiciliaria, con textos, oraciones e instrucciones, que se publicaron abundantemente hasta nuestros días, los editó esta Congregación. Y aunque vale la pena mencionar el popular "Himno a la Sagrada Familia", con la letra del padre Jacinto Verdaguer y música del padre Luis Romeu, que muchos son capaces de entonar de memoria: "Jesús, José y María, oh nombres más dulces que miel”.
La tradición de las capillas de la Sagrada se mantiene en muchos lugares, aunque a menudo poco conocida, recluida en casas mayoritariamente de personas mayores que la conservan desde hace muchos años. Hay que reconocer que la manera de funcionar los coros, con unas normas concretas, y con unas oraciones y textos antiguos, dan esta imagen de forma devocional pasada de moda. Pero querría aportar una experiencia muy actual.
En la parroquia de San Miguel Arcángel de Molins de Rei encontramos hace unos meses, haciendo limpieza de algunos armarios de la rectoría, cinco capillas, viejas y bastante deterioradas. Las hicimos restaurar y las ofrecimos a las familias que quisieran tenerlas durante unos días en su casa. Sin seguir unos ritmos estrictos sino flexibles (una semana, quince días, o incluso un mes), agrupando las familias en grupos cercanos y conocidos aunque fueran pocos, y tan sólo pidiendo el compromiso que cada uno lleve la capilla a la familia siguiente de la lista.
Se presentaron muchas familias, sobre todo con niños en edad de catequesis, que se les presentaba como una propuesta nueva y atractiva. Asimismo, descubrimos que había "circulando" por la villa cinco capillas más que seguían con más o menos orden la práctica tradicional, y tres familias que las tenían en su casa después de haberse deshecho el coro. Rehicieron los coros, renovaron las listas, y ahora son trece las capillas que vuelven a ir de casa en casa. El día de la fiesta de la Sagrada Familia todas las llevan a la iglesia, las exponemos en el altar propio que tenemos en la parroquia, y cantamos juntos, al final de la misa, el Himno a la Sagrada Familia.
Es un ejemplo de una tradición antigua que, adaptada a la realidad actual, se puede recuperar y reanudar. En todo caso, una oportunidad para ayudar a vivir la fe en las familias, gracias a una presencia sencilla pero bonita y claramente evangelizadora.
SOBRE EL AUTOR: Mossen Xavier Aymerich es rector de la Parroquia San Miguel Archangel de Molins de Rey, en Barcelona (Espana).