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35. Criterios básicos de la acción pastoral escolar

 

Valoramos la acción pastoral en nuestras escuelas como uno de los principales ejes que vertebran toda la labor educativa. Requiere, por tanto, que esté siempre planificada, bien integrada en la vida de la escuela y reconocida como tal por la comunidad educativa. En la medida de lo posible, como signo de comunión eclesial, la desarrollamos en estrecha colaboración con la iglesia local a través de las respectivas parroquias.

 

Estamos abiertos a las inquietudes humanas, sociales y religiosas de los profesores, de las familias y de los alumnos, por medio de actividades pastorales, convivencias formativas, relación con movimientos y asociaciones locales, parroquiales y diocesanas, etc.

 

Damos prioridad al diálogo y al contacto personal y facilitamos en nuestras escuelas la dirección espiritual, como medio de orientación y de acompañamiento más personal.

 

Potenciamos las actividades escolares y extraescolares que favorecen la educación en el tiempo libre y las que despiertan inquietudes de profundización en la formación y el compromiso cristiano.

 

Dado que según nuestro Carácter propio educamos al alumno en la perspectiva de la formación para una futura familia, cultivamos con esmero la formación moral de la conciencia, la educación en el amor, la afectividad y la sexualidad, a través de los recursos pedagógicos oportunos, con una programación adecuada y atendiendo al proceso gradual de la maduración humana que conlleva el crecimiento de los alumnos. La educación en estos aspectos es un recurso eficaz para encaminar hacia la realización personal en la vida del matrimonio y de la familia.

La pastoral vocacional será objetivo prioritario en la acción pastoral y educativa.

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