Constituciones 14:
Medios para guardar el don de la castidad
La castidad exige un compromiso continuo de fidelidad. Conscientes de la debilidad humana, ponemos nuestra confianza en la ayuda de Dios y nos valemos de los medios oportunos, como son: la obervancia perfecta de las Constituciones, la vigilancia, el trabajo asiduo, el ejercicio de la presencia de Dios, la guarda de los sentidos y la mortificación. Alimentamos la castidad perfecta con la Palabra de Dios y con el Pan de Vida, y volvemos al Padre con confianza filial por el sacramento de la Reconciliación.
Confiamos este don inestimable de Dios a María, la virgen fiel, y a san José, su castísimo Esposo y custodio de vírgenes, suplicándoles que nos hagan dignos de seguir con Ellos al Cordero a dondequiera vaya y de permanecer con Él.
Todos, especialmente los Superiores, nos esforzamos en crear un clima de serena limpidez, de fervorosa tensión en la vida espiritual y de celo apostólico y en reproducir la vida de trabajo, sobriedad y templanza de la Familia de Nazaret.
Tampoco descuidamos los medios naturales que favorecen la salud física y mental.
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