Fiesta. Todo como en el Misal Romano
Esta fiesta tiene como objetivo uno de los grandes temas de la Epifanía: el testimonio que el Padre dio de su Hijo encarnado en el momento de su Bautismo en las aguas del Jordán. Dicho en otras palabras, es la manifestación de la toma de conciencia por parte del hombre Jesús de la misión que el Padre le encomienda. Toma de conciencia en la que indudablemente influyeron la solicitud educadora de sus padres, la predicación de Juan el Bautista y la espera mesiánica de los "pobres de Yahveh. Un camino parecido se inició también con nuestro bautismo.
La profesión religiosa ha sido una toma de conciencia más radical. Ambos son fruto del amor de Dios que se manifestó misteriosa pero realmente para hacernos hijos suyos, para comunicarnos su Espíritu de vida.
La celebración, como tal, es de institución reciente (1960) y ocupó, hasta la promulgación del nuevo Calendario, el día 13 de enero. Actualmente ocupa el primer domingo del tiempo ordinario: completa el ciclo de Navidad-Epifanía e introduce, a la vez, el período de la predicación pública de Jesús.
En el libro Preciosa joya de familia, san José Manyanet, además de recomendar la educación e instrucción cristiana de los hijos desde la más tierna infancia, exhorta a que en el aniversario del propio bautismo se confiese y se comulgue "renovando luego las promesas hechas a Dios cuando se nos adoptó por hijos suyos y miembros de su santa Iglesia.
Fuente: CALENDARIO PROPIO DE LOS HIJOS DE LA SAGRADA FAMILIA, edición 1986
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