San Próspero de Aquitania es un santo muy interesante pues, sin ser cura, desempeñó tareas importantes en la Iglesia.
Próspero fue amigo de los monjes de San Víctor en Marsella y le tocó vivir en la época de las herejías de Pelagio, Nestorio y Eutiques y aunque es verdad que contra ellas luchó, sobre todo, San Agustín, a quien se llegó a llamar “El martillo de los herejes”, nuestro santo de hoy también puso su granito de arena con varios escritos especialmente contra el pelagianismo.
No contento con eso, cuando vio en peligro la fe católica removió Roma con Santiago para defenderla, acudiendo, incluso al Papa San Celestino I que, lógicamente, tuvo en cuenta sus indicaciones.
San Próspero, en sus últimos días, fue secretario de San León Magno y el año 455 tomó posesión de su morada en el Reino de los Cielos.
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