La gente piensa que todas las mujeres que aparecen en el Evangelio son María Magdalena. Y resulta que no. Aquella mujer a la que querían apedrear los judíos porque había sido infiel a su marido y a la que Jesús salvó in extremis, no tiene nada que ver con la Magdalena; ni tampoco la que ungió los pies del Señor con un perfume carísimo, hecho de nardo y al que Judas Iscariote quería echar mano para venderlo y conseguir sus caprichitos. Ni María, la hermana de Marta y Lázaro, a quien Jesús resucitó después de llevar varios días enterrado, ésta es, sencillamente, María de Betania, no María de Magdala.
María Magdalena es aquella mujer de la que el Señor echó con viento fresco siete demonios.
¡Ojo! Tener siete demonios no significa tener siete pecados gordos ni siete bichos cornudos dentro. Los antiguos cuando alguien tenía una enfermedad que no sabían de donde venía, decían que tenía un demonio, es decir una fuerza extraña que le hacía daño y acababa con la persona.
El demonio mas grave que pulula por el mundo hoy en día se llama covid 19, coronabicho para los amigos. Por tanto María era más bien debilucha. Tenía un cerro de enfermedades y el Señor la curó; y se hizo su seguidora, no digo hasta la muerte sino hasta la eternidad.
María Magdalena aparece varias veces en el Evangelio pero destaca sobre todo porque estuvo con él, incluso cuando los discípulos le habían abandonado, al pie de la cruz. Ella fue también la primera persona que tuvo la dicha de encontrarse con el Señor resucitado, aunque no lo reconoció. Y no lo reconoció porque ella buscaba a un muerto y Jesús estaba vivo.
A nosotros nos sucede lo mismo con frecuencia que no reconocemos al Señor porque no buscamos en Jesús un compañero de camino en quien apoyarnos cuando estamos cansados y agobiados, sino que con frecuencia buscamos un milagrero o un sanador o alguien que nos pague los servicios domésticos o que haga que nos toque la lotería.
Cuando María dejó de buscar al muerto encontró al Maestro, con Él encontró la alegría y le faltó tiempo para llevar la gran noticia al grupo de los apóstoles gritando “¡He visto al Señor!”
Buenos días y felicidades a las Magdalenas, Maguis y todas las que tienen por patrona a María de Magdala.
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