Cantar de los Cantares 2:8-10,14,8:6-7
¡La voz de mi amado! Miradlo aquí llega, saltando por montes, brincando por lomas.
Es mi amado una gacela, parecido a un cervatillo. Mirad cómo se para oculto tras la cerca, mira por las ventanas, atisba por las rejas.
Habla mi amado y me dice: Levántate, amor mío, hermosa mía, y vente.
Paloma mía, escondida en las grietas de la roca, en los huecos escarpados,
déjame ver tu figura, deja que escuche tu voz;
porque es muy dulce tu voz y atractiva tu figura».
Ponme como sello en tu corazón, como un sello en tu brazo. Que es fuerte el amor como la Muerte, implacable como el Seol la pasión. Saetas de fuego, sus saetas, una llamarada de Yahvé.
No pueden los torrentes apagar el amor, ni los ríos anegarlo. Si alguien ofreciera su patrimonio a cambio de amor, quedaría cubierto de baldón.