Jesús, el Hijo de Dios
Martes de la 4 Semana de Pascua
10,22-30
22 Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno,
23 y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón.
24 Los judíos lo rodearon y le preguntaron: "¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso?
Si eres el Mesías, dilo abiertamente".
25 Jesús les respondió: "Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen.
Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí,
26 pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas.
27 Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen.
28 Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos.
29 Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre.
30 El Padre y yo somos una sola cosa". Jesús acusado de blasfemia
31 Los judíos tomaron piedras para apedrearlo.
32 Entonces Jesús dijo: "Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre;
¿por cuál de ellas me quieren apedrear?"
33 Los judíos le respondieron: "No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas,
ya que, siendo hombre, te haces Dios".
34 Jesús les respondió: "¿No está escrito en la Ley: Yo dije: Ustedes son dioses?
35 Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra —y la Escritura no puede ser anulada—
36 ¿cómo dicen: "Tú blasfemas", a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: "Yo soy Hijo de Dios"?
37 Si no hago las obras de mi Padre, no me crean;
38 pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí.
Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre".
39 Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos.
40 Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí.
41 Muchos fueron a verlo, y la gente decía: "Juan no ha hecho ningún signo,
pero todo lo que dijo de este hombre era verdad".
42 Y en ese lugar muchos creyeron en él.