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Domingo de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario B

Isaías 53,10-11

Salmo 32: Que tu misericordia, Señor,

venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti

Hebreos 4,14-16

Marcos 10,35-46

 

Isaías 53,10-11

 

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.

 

Salmo 32: Que tu misericordia, Señor,

venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti

 

Que la palabra del Señor es sincera,

y todas sus acciones son leales;

él ama la justicia y el derecho,

y su misericordia llena la tierra.

R. Que tu misericordia, Señor,

venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti

 

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,

en los que esperan en su misericordia,

para librar sus vidas de la muerte

y reanimarlos en tiempo de hambre.

R. Que tu misericordia, Señor,

venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti

 

Nosotros aguardamos al Señor:

él es nuestro auxilio y escudo.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,

como lo esperamos de ti.

R. Que tu misericordia, Señor,

venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti

 

Hebreos 4,14-16

 

Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un no sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

 

Marcos 10,35-46

 

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: 

— Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.

Les preguntó: 

— ¿Qué queréis que haga por vosotros?

Contestaron: 

— Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.

Jesús replicó: 

— No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?

Contestaron: 

— Lo somos.

Jesús les dijo: 

— El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado. 

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo:

— Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.

LA IGLESIA, REINO DE SACERDOTES

"Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa" (Ex 19,6). Las lec- turas de este domingo nos ayudan a comprender la identidad y misión del grupo de los discípulos sin esconder que las discusiones y los conflictos están presentes en el proceso de con-versión al que el Señor nos llama. Es-te domingo completa las enseñanzas del domingo anterior, recordando que lo que no se da, se pierde: también la vida. Por eso, todos los bautizados es-tán llamados a participar en el sacer- docio de Cristo.

TEMAS: 

 

1 Lectura: Sufrimiento y salvación

Salmo: Misericordia

2 Lectura: Sacerdocio

Evangelio: Identidad y misión del apóstol

                   Identidad y misión de la Iglesia

                   Bautismo

                   Sufrimiento

 

Comentarios:

Francisco González, S.F.

 

 

 

 

 

 

 

 

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