Mt 1,18-24: 18 de diciembre
• Reinará con sabiduría, practicará el derecho y la justicia
El libro del profeta Jeremías está atravesado por la tensión de que reyes, sacerdotes y profetas gobiernen al servicio de la promesa de Dios, guiando al pueblo de Israel. Sin embargo, el pueblo está siendo engañado, abandonado por sus sacerdotes, profetas y reyes, estos pastores no cuidan el rebaño como señala en el v. 2b“ustedes han dispersado mi rebaño, lo han ahuyentado sin ocuparse de él”.
El autor del libro anuncia un mensaje de salvación, Dios no abandona a su pueblo, cumple su promesa de salvación y suscitará otro rey.
El nuevo rey, descendiente de David, ejercerá con los rasgos propios de un Mesías, con sabiduría, derecho y justicia, es el Señor nuestra salvación. Como lo refiere el salmista “librará al necesitado que suplica, al humilde que no tiene defensor, tendrá compasión del necesitado y del abandonado, y salvara la vida de los necesitados”.
Este texto se pronuncia sobre el futuro cercano, el profeta les recuerda que Dios no se ha olvidado de su pueblo disperso, les invita a vivir desde esta esperanza, a esperar y ahondar su confianza en Dios.
• No temas aceptar a María
A este texto se le puede denominar “la anunciación de José”. A José las cosas le venían “dadas”, no entiende lo que le pasa a María, le desbarata sus planes regidos por la ley del Señor, Como buen israelita auténtico y buen cumplidor de la ley quiere desprenderse de esta irregularidad, no quiere ser parte.
Sin embargo, Dios insiste, es a través del sueño donde se le revela. En el sueño la persona está pasiva y puede escuchar sin poner obstáculo.
A José lo que se le pide, aceptar a María, es ir más allá de la ley, abandonar la seguridad que le da la ley y acoger la novedad que viene de Dios mismo. E incluso, dar una identidad –lo que será- a ese hijo, le pondrás por nombre Jesús. Su vida será salvar de los pecados a su pueblo, en el sentido de liberar al pueblo de toda injusticia, de toda opresión.
El autor del texto al llamar a José, hijo de David, hace hincapié en su pertenencia a la descendencia del pueblo de Israel. Este pasaje es una llamada a José a hacerse partícipe del plan de salvación de Dios superando los criterios de la ley.