Mt 1,1-17: 17 de diciembre
La genealogía define la identidad de Jesús. El es el "hijo de David y el hijo de Abrahán” (Mt 1,1; cf 1,17). Como hijo de David, es la respuesta de Dios a las expectativas del pueblo judío (2Sam 7,12-16). Como hijo de Abrahán, es una fuente de bendición para todas las naciones (Gn 12,13). Judíos y paganos ven realizadas sus esperanzas en Jesús.
En la sociedad patriarcal de los judíos, las genealogías traían a menudo nombres de hombres. Sorprende el que Mateo coloque a cinco mujeres entre los antenatos de Jesús:
- Tamar
- Raab
- Ruth
- Betsabé
- María
¿Por qué Mateo escoge precisamente a estas cuatro mujeres como compañeras de María? A ninguna reina, a ninguna matriarca, a ninguna de las mujeres luchadoras del Éxodo: ¿Por qué? Es ésta la pregunta que el Evangelio de Mateo nos deja en la cabeza.
En la vida de las cuatro mujeres compañeras de María hay algo anormal. Las cuatro son extranjeras, concebirán a sus hijos fuera de los patrones normales y no cumplirán con las exigencias de las leyes de pureza del tiempo de Jesús.
Tamar, una Cananea, viuda, se viste de prostituta para obligar al patriarca Judá a que sea fiel a la ley y a que le dé un hijo (Gn 38,1-30).
Raab, una Cananea de Jericó, era una prostituta que ayudó a los Israelitas a entrar en la Tierra Prometida (Js 2,1-21).
Ruth, una Moabita, viuda y pobre, optó por quedarse al lado de Noemí y adherir al Pueblo de Dios (Rt 1,16-18). Tomó la iniciativa de imitar a Tamar y de pasar la noche en la era, junto con Booz, obligándolo a observar la ley y a darle un hijo. De la relación entre los dos nació Obed, el abuelo del rey David (Rt 3,1-15; 4,13-17).
Betsabé, una hitita, mujer de Urías, fue seducida, violentada y quedó embarazada por el rey David, quien, además mandó matar a su marido (2Sm 11,1-27).
La forma de actuar de estas cuatro mujeres estaba en desacuerdo con las normas tradicionales. Y sin embargo fueron estas iniciativas poco convencionales las que dieron continuidad al linaje de Jesús y trajeron la salvación de Dios a todo el pueblo. Todo esto nos hace pensar y nos cuestiona cuando damos demasiado valor a la rigidez de las normas.
El cálculo de 3 x 14 generaciones (Mt 1,17) tiene un significado simbólico. Tres es el número de la divinidad. Catorce es el doble de siete. Siete es el número de la perfección. Por medio de este simbolismo, Mateo expresa la convicción de los primeros cristianos según la cual Jesús aparece en el tiempo establecido por Dios. Con su llegada la historia llega a su plenitud.