¿Qué son los ciclos litúrgicos?
Una madre, al querer alimentar a sus hijos, no les pone en un día sobre la mesa todos los alimentos de la semana o del mes o del año entero, sino que cada día les da una pequeña ración. De la misma manera la Iglesia, que desea que los fieles escuchen todo el contenido de la Sagrada Biblia, reparte cada día las porciones necesarias de este alimento espiritual; y dar todo el alimento requiere su tiempo.
Por eso la Iglesia ha dividido las lecturas bíblicas en tres ciclos: A, B, y C. Es decir si una persona participa atentamente en la misa dominical durante tres años habrá escuchado prácticamente toda la Sagrada Escritura.
También escuchará un poco más completamente toda la Biblia en un espacio de dos años si participa en la misa diaria todos los días laborables. Durante estos días feriales, las lecturas se dividen en dos grupos que se van alternando según sea el año: Año par o año impar.
¿Cuándo es un año par o impar?
Todo dependerá del año civil en que transcurra la mayor parte del año litúrgico; por ejemplo, este año litúrgico, que empezó el primer domingo de Adviento del año 2018 es, sin embargo, litúrgicamente hablando un año impar, porque la mayor parte del año transcurre en este 2019, que es un año impar.
Ciclos A, B, C
En cuanto al evangelio dominical el orden de los ciclos A, B, C, coincide con los tres primeros evangelios del Nuevo Testamento, los evangelios sinópticos; es decir durante el ciclo A se leerá cada domingo el evangelio según san Mateo, durante el ciclo B se leerá cada domingo el evangelio según san Marcos y durante el ciclo C se leerá cada domingo el evangelio según san Lucas.
Y cuando acaba el ciclo C, en el que estamos durante este año civil 2019, automáticamente se regresa al ciclo A.
Recordemos que cada ciclo empieza con el inicio de cada año litúrgico, es decir con el primer domingo de Adviento.
Y como los evangelios son cuatro, notarán que no hemos mencionado el evangelio de San Juan. ¿Cuándo se lee el Evangelio de San Juan? El Evangelio de San Juan se lee durante el tiempo de Pascua especialmente y esto durante los tres ciclos.
Ahora bien, aunque a una persona no les sea posible participar en la misa entre semana puede, por lo menos, leer las lecturas bíblicas de las celebraciones eucarísticas diarias de los tiempos fuertes: Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua; y las lecturas bíblicas de las celebraciones eucarísticas entre semana del tiempo ordinario.
¿Por qué a éste tiempo del año litúrgico se le dice ordinario?
Porque “ordinario” hace referencia lo que ordinariamente solía hacer o enseñar Jesucristo.
No sobra añadir que esta distribución litúrgica de la palabra de Dios tanto para los días domingos como para los días feriales es igual para toda la Iglesia en cualquier rincón del mundo.