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SOBRE NUESTRA RESPUESTA PASTORAL

Por Julio González SF

Antes de dar una respuesta a los interrogantes y desafíos que la sociedad nos presenta hoy es necesario reflexionar sobre el significado de estas tres palabras: Nuestra Respuesta Pastoral.

Nuestra: 

No hablamos aquí de "mí" respuesta sino de "nuestra" respuesta. La prioridad en la pastoral congregacional no recae en lo que yo hago (mis actividades, mi ministerio) sino en lo que venimos haciendo y estamos llamados a hacer como familia religiosa.

Hay un momento en el que cada uno tiene que responder de su pastoral y, entonces, el acento se pone en los programas y actividades que se realizan en su centro de apostolado, sin embargo, el Plan Pastoral nos sitúa a todos en una plataforma común desde la que reflexionamos y decidimos las prioridades y el rumbo de la actividad pastoral local. 

Respuesta:

Podemos hablar de "respuesta" si previamente ha habido un diálogo con preguntas. Un diálogo con debate a partir del cual se produce una verdadera respuesta. Que cada uno decida por su cuenta cuáles son sus prioridades sin buscar el apoyo y la colaboración de los demás no solamente limita nuestro Plan Pastoral sino que también lo empobrece. Este diálogo debe extenderse a los laicos que participan en la vida del centro de apostolado en el que trabajamos. Antes de "respon-der" hay que escuchar y dialogar.

Pastoral:

Nuestra respuesta debe ser "pastoral", es decir, el servicio que ofrecemos a la Iglesia y a la sociedad:

 

a) se identifica con el Evangelio y el carisma de los Hijos de la Sagrada Familia

b) pone su centro de atención en la familia y, más concretamente, en los miembros que la forman

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