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LA FAMILIA DE NAZARET, IDEAL DE LAS OBRAS DEL PADRE MANYANET

por Josep Roca SF

La vida de Jesús en Nazaret, Junto con sus padres José y María, es el ideal inspirador de las obras de san José Manyanet. La razón es muy sencilla: en Nazaret estuvo la casa de Jesús, el Hijo de Dios, donde asumió nuestra naturaleza humana para llevar a cabo la obra de la redención.

 

Nazaret muestra a Jesucristo a la humanidad como modelo de toda perfección, como hombre perfecto y arquetipo de la naturaleza humana. Además, este hogar de Jesús fue la escuela donde Jesús creció en edad, sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres.

 

El papa Pablo VI, en su visita a Nazaret en 1964, escribió unas palabras muy elocuentes: «La casa de Nazaret es una escuela en la cual se empieza a conocer la vida de Cristo: es la escuela del Evangelio». Puede ayudarnos a captar la densidad del valor de la familia de Natzaret y llegar a intuir su enorme trascendencia si fijamos nuestra atención en el significado del misterio de la encarnación del Hijo de Dios en el seno de una familia. El proceso educativo del Hijo de Dios abrazó el arco de todas las etapas evolutivas, desde la concepción, la gestación y el nacimiento hasta la madurez, implicando recíprocamente a los otros agentes, en primer lugar a sus padres María y José, a los parientes y al entorno religioso, político, económico y social.

 

Con todo, hay que soslayar una lectura del misterio de Nazaret desde un punto de vista puramente sociológico, como si una familia de hoy tuviera que imitar las características de una familia de aquel tiempo. Hay que hacer una lectura teológica, es decir, considerar al hombre como liberado del fardo del pecado y elevado a la categoría divina y a la familia de Natzaret como cuna de la nueva humanidad.

 

Si la mayoría de los psicólogos opina que la familia, como entidad primaria, es el contexto natural donde son captados y asumidos los valores personales y sociales y adquirido el sentido de la vida, hemos de convenir que Cristo inició este proceso y aprendió a vivir como hombre estos valores en el seno de la Familia de Nazaret, en la cual ya se pueden descubrir, como compendiados en semilla, todos los valores proclamados en el Evangelio:

 

Ésta es la Casa santa por excelencia donde se aprende a servir y amar a Dios en espíritu, a ser útiles a nuestros prójimos, a corregir los propios defectos, a refrenar las concupiscencias, a obrar con pureza de intención (EN).

 

Nazaret es el paradigma y el horizonte que ilumina la vida de todas las familias de hoy y de todos los tiempos. José Manyanet reflexionó profundamente sobre estas verdades y quiso inspirar su pedagogía contemplando a Jesús, el hombre perfecto, en su vida cotidiana en Nazaret, junto con sus padres.

Fuente: El Educador Laico en los Colegios del Padre Manyanet, Josep Roca (2014), págs. 36-37

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