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"Es preciso que los criterios de la acción pastoral desplegada en todos los campos de apostolado

sean los propios del instituto"

COMENTARIO

por Julio González SF

 

1. Criterio fundante de nuestra acción pastoral

La pastoral de los Hijos de la Sagrada Familia tiene como destinatarios y, también, como colaboradores, a todas las personas que participan en las actividades de nuestros centros de apostolado. Los programas y actividades de una pastoral con el sello de "familia" han mostrar que las personas no somos islas.

El "individuo" no es el destinatario exclusivo de la acción pastoral. Nos formamos para vivir en familia/comunidad, por eso, una pastoral que no promueve la participación de las familias no puede considerarse "familiar".

2. Otros criterios mediadores de nuestra acción pastoral  

a) Acción pastoral pensada y programa "en familia": los objetivos y actividades no son seleccionados por una persona sino por un equipo de trabajo que tiende a ser familia espiritual.

b) El diálogo, la consulta, incluso la discusión, son necesarias para nuestro crecimiento espiritual: 

La acción pastoral no se rige por el principio de "uno manda y los demás obedecen". El verdadero pastoralista no ordena ni manda sino que acompaña a quienes ponen su confianza en él. Con su espiritualidad, discernimiento, visión..., favorece el crecimiento espiritual de todos (también el suyo propio) y, por eso, ha de sentirse interpelado por las preguntas y respuestas del equipo de trabajo.

c) La eficacia de la acción pastoral se muestra en el proceso de conversión y comunión

     que provoca en nosotros:

La eficacia de la acción pastoral se muestra a través de la participación, conversión y comunión, que desencadena en todos nosotros. El plan pastoral es una herramienta necesaria, sin embargo, lo más importante son las personas que colaboran y se benefician del plan pastoral; por eso, la acción pastoral ha de ser revisada siempre teniendo en cuenta el proceso de conversión y madurez que provoca en todos nosotros.

3. Frutos que muestran que nuestra acción pastoral es eficaz

a) Fraternidad y comunión: los procesos que desencadenan la pastoral familiar son múltiples y complejos. No nos sorprenda que saquen a la luz complejos, heridas, debilidades y pecados, que creíamos haber superado. Ocultar, ignorar, enterrar, nuestra realidad no nos ayuda a crecer espiritualmente.

Hay que sentir los momentos de tensión como de aprendizaje personal y comunitario. Aunque las tensiones parezcan estériles, no lo son. Malentendidos y/o conflictos, son una oportunidad para reconocer nuestras debilidades, orgullo, heridas, inseguridades... El carisma familiar y cristiano de nuestra pastoral manyanetiana nos mueve a la reconciliación y la conversión.    

b) Humildad: Creíamos que la humildad era necesaria para producir buenos frutos pero descubrimos a través de la acción pastoral que la humildad es un fruto del Espíritu Santo que las personas producimos en comunidad.

c) Sentido del humor y alegría: "Un santo triste es un triste santo", decía san Francisco de Sales. La santidad del buen humor fortacele espiritualmente a la persona y a la familia. Santos del buen humor como Felipe Neri y Felice de Cantaleci han de inspirarnos al abordar nuestras debilidades y contradicciones.

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