PRIMEROS TEXTOS QUE MENCIONAN EL NACIMIENTO DEL SALVADOR
Hay dos citas del Antiguo Testamento que los exegetas cristianos utilizaron desde los primeros siglos para fechar el nacimiento del Salvador. Esta manera de interpretar la Biblia hoy puede parecernos lejana, sin embargo, es necesario comprender la "mentalidad bíblica" y cómo se formaron los textos para profundizar en sus contenidos. 2 Macabeos 1,18: "Ya que vamos a celebrar la purificación del Templo el veinticinco del mes de Casleu, pensamos que es bueno avisarles para que ustedes también celebren la fiesta de las Tiendas y del Fuego que apareció cuando Nehemías ofreció sacrificios después de haber reconstruido el Santuario y el altar." El día de Navidad coincide con la conmemoración de la purificación e iluminación del templo por parte de los Macabeos, que es el 25 del noveno mes del calendario judío (Kisleu). A esa fiesta se le llama "Hannuká". Pues bien, para los primeros exegetas cristianos, Cristo, por ser la luz que ilumina a todo hombre (Juan 1:9) y Él mismo se llama Templo de Dios (Juan 2:19), debía nacer en esta fecha. Ageo 2:18-19: "Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón. ¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré".
El mes de Nisán, llamado en la Biblia "mes primero” (Éxodo 12,2) se corresponde al mes de Abril; de ahí que el "mes noveno" o Kisleu es el mes de diciembre. Según Hechos 4,11 Jesús es el cimiento del Nuevo Templo ("piedra angular"), por tanto, el profeta Ageo pareciera haber profetizado la fecha de su nacimiento y el comienzo de las bendiciones.
A continuación, copio un texto tomado de Ratzinger, Joseph (Benedicto XVI), La bendición de la Navidad. Meditaciones, Herder, Barcelona, 2007; y Burgueño, José Manuel, El libro de la Navidad, Luna Books, (sin lugar de edición), 2008: "Pero he aquí un descubrimiento asombroso, del que nos da noticia Benedicto XVI en la obra anteriormente citada: el exegeta Bo Reicke, hace ya bastantes años, demostró que san Lucas establece una relación directa entre los relatos del nacimiento de Juan Bautista y el del Nacimiento del Niño Dios, y que de ello se obtendría el importante dato de que el evangelista determinaba la venida al mundo de Cristo el 25 de diciembre. Esto cobra un sentido pleno si tenemos en cuenta que el 25 de diciembre el pueblo judío celebraba (hoy día también) la fiesta de la Hanukkah o fiesta de las luces, en la cual se rememoraba la Purificación del Templo por parte de Judas Macabeo, que el 25 de diciembre del 165 a.C. eliminó del Templo la estatua de Zeus que se había hecho erigir el Rey sirio Antíoco (quien quiso recibir culto como Zeus), también un 25 del mismo mes. Por tanto, la venida del Mesías al mundo, sería la auténtica Purificación del Templo, del Templo de la creación, la venida de la Luz al mundo".
Benedicto XVI se está basando en la fiesta judía de Hanukkah que describe 2 Macabeos 1,18. Por otro lado, Benedicto XVI da otra evidencia bíblica sobre el nacimiento de Cristo: su relación con el nacimiento de Juan el Bautista. La escritura nos dice cuándo nace Juan el Bautista: “Ejerciendo Zacarías su ministerio de sacerdote delante de Dios según la costumbre del sacerdocio, salió a poner incienso, entrando en el templo del Señor. Y toda la muchedumbre del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso” Lucas 1,8-10. La anunciación del nacimiento de Juan el Bautista a Zacarías sucedió cuando el estaba en el templo, realizando sus funciones sacerdotales. Sabemos por Lucas 1,5 que Zacarías era sacerdote de la clase de Abías, la octava de las 24 clases sacerdotales (Nehemias 12,17). Cada clase servía una semana en el templo dos veces al año. Si descubrimos cuándo Zacarías estuvo en el templo podríamos saber cuando nació Cristo. Para esto hay que conocer que pensaban los padres de la Iglesia sobre este pasaje de Lucas 1,8-10, así que me remitiré a dos textos que podemos encontrar en la Catena Aurea de Santo Tomás y que son de San Ambrosio y de Beda el Venerable: San Ambrosio dice: "Parece que aquí se designa a Zacarías como sumo sacerdote. Porque una vez al año entraba solo el sumo sacerdote en el segundo santuario, no sin el sacrificio que ofrecía por él y por los pecados del pueblo". Beda el Venerable dice: "No fue ahora elegido por una nueva suerte cuando había de entrar a ofrecer el incienso, sino por la suerte primera cuando sucedió a Abías en el orden de su pontificado. Prosigue: "Y toda la multitud del pueblo", etc. El incienso era llevado por el pontífice al Sancta Sanctorum, esperando todo el pueblo fuera del templo el día décimo séptimo de cada mes, según estaba mandado. A este día se le llamó de expiación o de propiciación. Exponiendo el Apóstol a los hebreos el misterio de este día, les manifiesta que Jesús es verdadero Pontífice, que subió a los cielos por su propia sangre, para reconciliarnos con el Padre, e interceder por los pecados de aquellos que todavía esperan orando a la puerta. Tanto para san Ambrosio como para Beda, Zacarías era el sumo Sacerdote ese año y una vez al año entraba al Santa Sanctorum, el día de expiación. Concretamente el día de la Expiación cae en el mes Tishrei, el séptimo més judío que equivaldría al mes Septiembre-octubre en el calendario gregoriano. En Levítico 16 se regula todo lo relativo al día de la expiación lo cual es muy interesante ver la coincidencia entre levítico y lo que dice san Lucas: “Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel”, Levítico 16,17. El Libro del Levítico señala que ningún hombre estará en el tabernáculo durante la expiación. San Lucas indica que el pueblo se quedó fuera orando, como si nos remitiera indirectamente a este pasaje del levítico. De ser esto así, tendríamos que a Zacarías el ángel se le apareció en el templo a finales de Septiembre primeros de octubre, inmediatamente después de sus funciones sacerdotales Isabel quedará embarazada y dará a luz a los nueve meses, eso sería en junio del siguiente año, cuando san Lucas establece que María quedará embarazada: “Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril”, Lucas 1,36 A los seis meses de embarazo de Elisabet, se aparece el ángel a María, y esta queda encinta, esto es, en el mes de marzo, tres meses antes de que nazca el Bautista. Si María concibió a finales de Marzo, para ser seis meses exactos, daría a luz nueve meses después es decir, a finales de Diciembre, por lo que la fecha del 25 de Diciembre se convierte en una alternativa muy probable. ¿Enseña la Tradición de la Iglesia que Cristo nació el 25 de diciembre? Veamos que pensaban varios padres de la Iglesia sobre esta fecha, y cómo muchos de ellos la ponen como la más provable: Teófilo, obispo de Cesarea (AD 115-181), vivió en tiempos del emperador Cómodo y fue obispo de Cesarea en Palestina, el mismo origen de donde surgió nuestra fe: “Debemos celebrar el día del nacimiento de nuestro Señor en qué día debe pasar el 25 de diciembre. " Magdeburgenses, Cent. 2. c. 6. Hospicio, de orign Festorum Chirstianorum San Hipolito de Roma 204 dC: “La primera venida de nuestro Señor, la que tuvo lugar en la carne, según la cual Él nació en Belen, tuvo lugar ocho días antes de las calendas de Enero (1 de Enero), el miércoles, el año 42 del reino de Augusto” (Commentario su Daniele IV,23,3) Constituciones Apostólicas (siglo IV): "Hermanos, observen los días festivos, y antes que nada, el cumpleaños que van a celebrar el día veinticinco del noveno mes,“ (Libro V sec III) El noveno mes contando desde Nisan (abril) es Casleu en el calendario judío. Transferido a nuestro calendario romano, el noveno mes responde a diciembre. Diocleciano (303-304 DC): Nicéforo escribió una historia eclesiástica en la que informa que Diocleciano destruyó una iglesia el 25 de diciembre, lleno de fieles que celebran la Natividad del Señor: "A Nicomedia (una ciudad de Bitinia) cuando llegó la fiesta del nacimiento de Cristo, y una multitud de cristianos de todas las edades se habían reunido en el templo para celebrar ese día del nacimiento. Diocleciano, el tirano, habiendo obtenido una ocasión ventajosa para que él pudiera cumplir su locura y furia, envió hombres allí para encerrar el templo y prenderle fuego alrededor, y así los consumió a cenizas, incluso veinte mil personas ". San Gregorio Traumaturgo ( 213-270 d.C): "Y en el sexto mes el ángel Gabriel fue enviado a una virgen desposada con un hombre que se llamaba José, de la casa y el linaje de David; y el nombre de la virgen era María; Etcétera. Y este fue el primer mes para la Santísima Virgen. Como dice la Escritura en el libro de la ley: 'Este mes será para ti el principio de los meses; será el primer mes entre los meses del año para ti'. "Guardaos la fiesta de la santa pascua al Señor en todas vuestras generaciones". También era el sexto mes de Zacarías "(Segunda homilía sobre la Anunciación a la Santísima Virgen María). Hemos de recordar que La Pascua se celebra en el mes de Nisan, que sería el mes de Marzo, y comienza el 15 del mismo mes, durante siete días, por tanto aquí San Gregorio esta hablando que la anunciación a María tuvo lugar en marzo, en tiempo de Pascua, lo quela situaría alrededor del 15 al 23 de Marzo, sumado a esto nueve meses, llegaríamos al 25 de diciembre. San Agustin (354-430 d.C): Quizás el padre de la Iglesia que más veces enseña que Cristo nació un 25 de diciembre sea San Agustin, aquí dejaré algunos de sus textos: “Se cree fue concebido el 25 de marzo. El sepulcro nuevo donde nadie había sido sepultado es como el seno virginal de María, donde, ni antes ni después, ningún mortal había de nacer por seminación de varón. Se cree también que Cristo nació el 25 de diciembre. Luego desde su concepción hasta su nacimiento tenemos doscientos setenta y seis días, número igual a seis repetido cuarenta y seis veces”, (San Agustin Trinitas Libro IV, cap 5) “Además, que todo hombre debía humillarse ante Cristo, y, en consecuencia, también Juan, y que el hombre Cristo debía ser exaltado como Dios, lo demuestra tanto el día de sus respectivos nacimientos como el género de muerte de uno y otro. Juan nació en el día de hoy, fecha en que comienzan a disminuir los días; Cristo nació el 25 de diciembre, fecha a partir de la cual comienzan a crecer”, (Sermon 287). “Conviene que él crezca y que yo, en cambio, mengüe. Esto se hace evidente hasta en los nacimientos de la Palabra y de la voz. La Palabra nació el 25 de diciembre, cuando comienzan a crecer los días; la voz nació antes que la Palabra de Dios, cuando comienzan a disminuir los días”, (Sermon 293A). “La Iglesia ha transmitido y cree que el día de hoy ha brillado para que celebremos en él la solemnidad del bienaventurado Juan Bautista. Conviene aceptar, respecto a este día, lo que acepta sin distinción el orbe entero. Nadie duda de que hoy es el día de Juan; no del Juan que escribió el evangelio, sino de Juan el bautista y precursor del Señor, quien mostró tanta grandeza cuanta humildad demostró al decir, cuando le tenían a él por Cristo, que no era digno de desatar la correa del calzado de aquel al que reconocía como Señor, para así merecer ser amigo suyo. Algunos piensan que hoy se celebra el día de su pasión. Vuestra santidad ha de saber, ante todo, que hoy es el día de su nacimiento, no de su pasión. De la lectura del evangelio se deduce que su nacimiento precedió en seis meses a la del Señor. Y como la Iglesia ha aceptado unánimemente que el Señor nació el 25 de diciembre, sólo hay que advertir que hoy se celebra el nacimiento de Juan, (Sermon 380). Autor: Jesús Urones