La mirra, el misterioso regalo con el que Baltasar predijo la muerte de Jesús
«La mirra simbolizaría así la sangre y el dolor del hombre, convirtiéndose en bálsamo para el género humano»,
«Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra».
Así recoge la Biblia (Evangelio de Mateo 2, 11) la adoración de los Reyes Magos de Oriente al niño Jesús, que había nacido en Belén en un pesebre. Cada uno de los presentes con los que obsequiaron al Mesías tiene una simbología particular.
Melchor llevó oro, reconociendo a Jesús como Rey de Reyes, pues este material está asociado desde tiempos inmemoriales con el poder;
Gaspar hizo lo propio con el incienso, identificando a Jesús como Dios, ya que el incienso era un aroma que se ofrecía a la divinidad.
Baltasar, por su parte, lo hizo con la mirra, quizás el regalo más misterioso y desconocido de los tres que recibió Jesús en su pesebre. La mirra representaba a Dios como hombre, en tanto que ese material se empleaba para embalsamar a los muertos, y los Reyes Magos reconocían así la vulnerabilidad de Jesús, que moriría para salvar al ser humano.
La mirra en realidad tiene poco de misterio, aunque quizás sus muchas utilidades propician la intriga que la rodea. Otras culturas la han utilizado a lo largo de los siglos. Sobre todo en la antigüedad, en África, Turquía o Arabia, lugares de donde es propio el Commiphora myrrha, el árbol que rezuma esta resina que es en realidad la mirra. Amarga y aromática, resultaba por entonces muy útil para elaborar perfumes, pero también ungüentos, de ahí que su rendimiento fuese especialmente valorado para embalsamar cuerpos.
Pero no era el único. De hecho, uno de sus usos es especialmente curioso, aunque nada ligado con el motivo por el que Baltasar decidió regalárselo a Jesús. Y es que una de las propiedades más curiosas de la mirra es su eficacia contra los ronquidos, pero este material especialmente prolífico también tenía beneficios medicinales contra la disentería y las enfermedades parasitarias.
Según «Muy Historia», el presente de Baltasar podría incluso profetizar momentos muy amargos en la vida del Mesías. Sus muchas utilidades e historias las atribuidas a la mirra, y eso la ha situado como el regalo más interesante y curioso.
Dioscórides incluso hace alusión a las propiedas abortivas de la mirra en «De Materia Médica», por eso se recomienda que las mujeres no la utilicen durante el embarazo.
Antonio Regalado, en el artículo «Oro, incienso... y mirra», que escribió para ABC.es, ahonda en las propiedades del presente de Baltasar. Regalado asegura que «para obtener la mirra pura se realizan incisiones en la corteza de la planta y de estas heridas fluye en forma de lágrima una sustancia rojiza, traslúcida y brillante». Recurso inagotable, como las leyendas que existen en torno a sus propiedades, se dice que «la mirra servía para hacer ofrendas en cultos, sacrificios y embalsamamientos. La mirra simbolizaría así la sangre y el dolor del hombre convirtiéndose en bálsamo para el género humano». Y por eso Baltasar decidió contribuir con este obsequio al nacimiento del Mesías.
Fuente: abc.es
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