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IMPORTANCIA DE LA CALENDA

La Calenda o anuncio festivo de la Navidad puede tener un papel interesante a la hora de dar expresividad a la celebración de esta fiesta.

No es que haya que considerarla como una de las partes de la celebración, ni como uno de los elementos constitutivos de la dinámica celebrativa de este día, sino sólo como uno de aquellos ritos que podrían llamarse "ambientativos", es decir, que sin tener gran entidad en sí mismos, pueden tener en cambio gran fuerza y eficacia para dar el colorido propio a la celebración, sobre todo cuando se trata de los días más importantes del año litúrgico.

Se podría comparar esta Calenda a lo que representa al inicio de la Misa o de la Liturgia de las Horas el canto del himno, o lo que es la procesión con el Cirio y el Pregón en la inauguración de la Vigilia Pascual.

Además por su repetición anual en esta fiesta, y por su lenguaje popular -fácilmente asequible al Pueblo cristiano- puede resultar un factor interesante en las actitudes y en la ambientación de la Navidad.

La Calenda en las parroquias

Es muy conveniente introducir esta Calenda en la celebración de las parroquias y comunidades cristianas. Se trata de incorporarla en el rito de entrada pero anteponer sin más el pregón a la entrada de los ministros resultaría probablemente un "ex-abrupto” falto de ambientación. Tampoco habría que romper la dinámica interior del rito de entrada. Por tanto podría procederse así:

a) procesión solemne de entrada (a ser posible con incienso, cirios, canto festivo, discurriendo los ministros por el centro de la iglesia), para dar ya el tono de celebración festiva extraordinaria;

b) al llegar al altar, incensarlo festivamente;

c) llegados los ministros a la sede, después del saludo y unas breves palabras de introducción, un cantor, desde el ambón, podría proclamar la Calenda; el Misal indica expresamente que entre el saludo y el acto penitencial un ministro idóneo puede hacer una monición para introducir a los fieles a la misa del día: en este caso la monición sería más festiva y lírica, o sea, el Pregón;

d) terminada la Calenda, el que preside podría introducir el acto penitencial, por ejemplo con estas palabras: "Para que nuestra alegría sea más plena, para que la paz que los ángeles anuncian en esta noche nos penetre íntimamente, para que se aleje de nosotros cuanto pudiera perturbarla, pidamos ahora a Dios perdone nuestros pecados e infidelidades y nos dé la paz del espíritu"; sigue un breve silencio;

e) y entonces otro ministro recita las invocaciones para el acto penitencial:

- "Dios Santo, Señor Jesucristo, que has querido nacer entre pecadores para otorgar a todos el perdón y la paz, Señor, ten piedad; r/ Señor, ten piedad. (cantado)

- Dios Fuerte, Hijo del Altísimo, que has aparecido entre nosotros como un débil niño para darnos la fuerza del Todopoderoso: Cristo ten piedad; r / Cristo, ten piedad;(cantado)

- Dios Inmortal, Padre del siglo futuro, que has querido tomar un cuerpo humano para concedernos la inmortalidad: Señor, ten piedad; r/ Señor, ten piedad";(cantado)

"Dios todopoderoso..."

f) Y entonces se entona el canto solemne del Gloria.

Fuente: Diócesis de San Cristóbal de la Laguna, Tenerife, España.

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