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La Reunión de Comunidad o de Familia en las Costumbres y Prácticas Espirituales de los HSF

​LA REUNIÓN DE COMUNIDAD O DE FAMILIA Espíritu de la Sagrada Familia. Costumbres y prácticas espirituales. Barcelona 1995, pp. 84-86

Nos recuerdan nuestras Constituciones que “cada una de nuestras comunidades está llamada a reproducir las santidad de la Familia de Nazaret. Y todos los hermanos cooperan incansablemente a la edificación progresiva de la comunidad con el cumplimiento fiel de los votos (C 30).

La comunidad se reúne para reflexionar sobre su propia vida con caridad, sencillez y serenidad, así como para analizar las cuestiones que atañen a sus compromisos religiosos y apostólicos. Las tareas principales de esta reunión de comunidad o de familia son (D 122):

• buscar los medios necesarios para estimular la vida religiosa y pastoral • poner el empeño en favorecer la vida comunitaria • programar actividades y revisarlas • asumir la responsabilidad de las cuestiones de la casa • recibir informes sobre la marcha del Instituto y conocer el movimiento económico

El Secretario levanta acta, que es aprobada en la próxima reunión. El libro oficial de actas está a disposición de cualquier miembro de la comunidad para consulta y comprobación. En la visita canónica es revisado por el Visitador el cual escribe el decreto de visita.

Si la comunidad es numerosa, es recomendable hacer la convocatoria por escrito con el correspondiente “orden del día”, en especial cuando se van a estudiar temas de organización y gestión que requieren un compromiso formal.

En un lugar visible existe el tablón de anuncios con la información necesaria sobre el calendario, horarios, actividades, tareas y responsabilidades de la comunidad y de cada uno de sus miembros (Cf. C (1903), 195)

La comunidad se congrega a principio de curso para elaborar su Proyecto Comunitario (D 41), en el que quedan plasmados sus compromisos de acuerdo con las exigencias de nuestra comunión de vida, de oración y de trabajo. “Este será suficientemente flexible para permitir que, además del tiempo dedicado a las actividades espirituales y de trabajo, todos tengan momentos libres y el descanso conveniente” (D 41). En particular, es necesario estudiar cuidadosamente el horario, dando prioridad a los actos comunitarios de oración para prepararlos con esmero, evitando la rutina y estimulando la creatividad y participación de todos (Cf. D 111).

La comunidad se reúne por lo menos una vez al mes para evaluar su fidelidad a este proyecto. Se hace siempre esta reunión en el nombre del Señor, a la luz de su Palabra, el cual está presente allí donde dos o tres están congregados en su nombre. Es aconsejable diversificar lo que afecta al crecimiento humano y espiritual de la comunidad en lo que se refiere a la planificación y gestión.

Tanto en uno como en otro caso, al comienzo de la reunión se reza alguna de las oraciones tradicionales:

– Ven, Espíritu Santo – Padre nuestro – Oración al Padre Fundador

Se puede partir también de la lectura y comentario de un texto bíblico, de algunos números de las Constituciones, una circular del Padre General, un documento del magisterio de la Iglesia o el comentario sobre un hecho de vida. Siempre finaliza el encuentro con una acción de gracias.

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