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Directorio 53-72: Comunión de Acción

DIRECTORIO DE LOS HIJOS DE LA SAGRADA FAMILIA

C) Comunión de Acción D53-72


D53. La gloria de Dios debe ser el único móvil del exacto cumplimiento de nuestro ministerio, sin buscarnos en nada a nosotros mismos, ni pretender en ningún caso el aprecio de las criaturas ni los aplausos del mundo. Por ello, todos han de sentirse llamados a la tarea universal del Instituto y radicarse de tal forma en el lugar donde la obediencia los destine que lleguen a considerarlo como patria propia.

D54. El primero de nuestros apostolados consistirá en el testimonio de vida consagrada que hemos de fomentar con la oración y la penitencia.


a) Devoción a la Sagrada Familia


D55. Con su vida y mediante todas las formas de apostolado, nuestros religiosos, individual y comunitariamente, se considerarán obligados a llevar a todos los hogares los ejemplos y las virtudes de la Sagrada Familia de Nazaret.


b) Pastoral familiar


D56. Nuestros religiosos considerarán la pastoral familiar como el objetivo de todo su ministerio. Para salvaguardar sus elementos constitutivos, sus exigencias y valores perennes, defenderán y explicarán la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la institución conyugal y familiar y ayudarán a los esposos y familias a vivir su vocación y misión.


c) La educación en nuestros centros


D57. Nuestros religiosos para cumplir con provecho su misión “se emplearán de veras con todas sus fuerzas, sin interés material, para mayor gloria y servicio de Dios Nuestro Señor, en la educación y enseñanza (gratuita en lo posible) de la juventud, en particular de los niños, sin distinción de personas o clases sociales, así en las grandes poblaciones como en los más apartados y reducidos lugares de todos los países o regiones del mundo, puesto que el linaje humano no forma más que una gran familia cuyo Padre es Dios”.


D58. Nuestras tareas educativas se orientarán según el Carácter Pedagógico del Instituto.


D59. En los religiosos que se dediquen al apostolado de la educación se requieren unas dotes especiales de alma y corazón, una preparación diligentísima y la titulación necesaria, prontos a renovarse y adaptarse al progreso de las ciencias que habrán de transmitir a los hombres de su tiempo. Para que nuestra presencia de la Iglesia en los centros docentes sea eficaz, los religiosos adquirirán una adecuada preparación y puesta al día en todo lo que exijan los centros referente a titularidad, dirección y administración.


d) Ministerio sacerdotal


D60. En el ministerio de la palabra y en la catequesis, la doctrina de nuestros religiosos será siempre conforme al Evangelio y al Magisterio de la Iglesia. Se prepararán con la oración y con el estudio. Ejercerán el ministerio sacerdotal con las licencias del Superior Mayor y del Ordinario del lugar, según derecho.


D61. En la administración de los sacramentos, principalmente el de la Reconciliación, guardarán estricta y fielmente lo mandado en el Ritual y en los estatutos de las diócesis que residan. En el confesionario serán prudentes y circunspectos. Antes de oír confesiones orarán por algún tiempo, pidiendo luz y gracia.


D62. Las cualidades de los que se dedican a la vida parroquial serán: celo apostólico, preparación particular para esta pastoral, carácter sereno y caritativo y capacidad de diálogo. Secundarán, de una forma abierta, las directrices pastorales diocesanas y las líneas de acción pastoral propias del Instituto.


D63. Las parroquias habrán de ser confiadas a la Congregación. La aceptación se hará por contrato entre el Ordinario del lugar y el Superior Mayor con el voto deliberativo de su Consejo, de acuerdo con el n. 86 de las Constituciones. El párroco será elegido por el Superior Mayor y presentado al Ordinario. Él será el responsable, en colaboración con la Comunidad, del compromiso asumido por la Congregación ante la Iglesia.


D64. Las Comunidades procurarán que las capillas de nuestras casas y colegios sean verdaderos centros de culto, abiertos a las necesidades espirituales de los fieles, particularmente de los jóvenes y las familias. Los sacerdotes estarán siempre dispuestos a prestar los servicios propios del ministerio.


e) Misiones


D65. Los religiosos llamados a trabajar como misioneros tendrán presente que “el mejor servicio al hermano es la evangelización, que lo dispone a realizarse como hijo de Dios, lo libera de las injusticias y lo promueve integralmente”. En particular orientarán su acción apostólica a promover y defender la institución matrimonial y familiar. Crearán, en lo posible, centros educativos.


D66. Es propio del Superior General con el voto deliberativo de su Consejo promulgar las normas adecuadas para la animación y desarrollo del movimiento misionero, organizando incluso delegaciones locales o personales, de acuerdo con el Ordinario del lugar o de la Santa Sede.


f) Actividades y situaciones varias


D67. Los religiosos que tengan cualidades para ello procuraran escribir y publicar libros de carácter religioso, cultural y escolar para propagar las virtudes y ejemplos de la Sagrada Familia y tutelar los derechos y valores de la familia y de la juventud.


D68. Los escritos y publicaciones de nuestros religiosos serán sometidos a los censores nombrados por el Superior Mayor respectivo, siempre que le derecho común exija la censura eclesiástica.


D69. Por necesidades pastorales puede ocurrir que un religioso deba prestar servicios fuera de las instituciones propias de la Congregación. En este caso, obtenido el permiso del Superior Mayor, ha de asegurarse la participación sustancial en la vida de la comunidad y la fidelidad a las Constituciones y al Directorio.


D70. Todos nuestros religiosos y particularmente los sacerdotes, por razón ministerial, practicarán las obras de misericordia, visitando a los enfermos, ancianos y encarcelados y ayudando a los necesitados.


D71. Nuestros religiosos no tomarán parte activa en partidos políticos ni en sindicatos, a no ser que, según juicio de la autoridad eclesiástica competente, lo requiera la defensa de los derechos de la Iglesia y la promoción del bien común.


D72. Nuestros religiosos pondrán gran empeño en promover la paz y la concordia. Por ello no se alistarán voluntariamente en el servicio militar y usarán las exenciones que concedan las leyes de cada país. En aquellos países donde el servicio militar sea obligatorio, se atendrán a las normas dictadas por la Conferencia Episcopal.

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