Unión del Instituto con el misterio de la Iglesia para la salvación del mundo
CONSTITUCIONES DE LOS HIJOS DE LA SAGRADA FAMILIA
Número 4: Unión del Instituto con el misterio de la Iglesia para la salvación del mundo
Nuestra consagración nos une estrecha e íntimamente con la Iglesia universal, que es la imagen en el tiempo de Familia de Nazaret.
Nuestra misión apostólica nos une también con el género humano y su historia. Pues al intentar fortalecer a los jóvenes y a los esposos con la doctrina y con la acción pastoral y formarlos para la vida familiar, social y apostólica, servimos a aquella comunidad conyugal y familiar que constituye el fundamento de la sociedad y de cuya buena condición depende la salud de la persona y de la misma sociedad humana y cristiana. Con ello, como es evidente, prestamos un valiosísimo servicio a la familia humana que, en Cristo Jesús, instruida por los ejemplos de su Santa Familia, está llamada a ser la familia de los hijos de Dios.
Para que nuestra misión y nuestra acción contribuyan eficazmente a la obra de salvación de la Iglesia, profesamos reverencia, amor y obediencia al Sumo Pontífice, también en virtud del voto, y estamos dispuestos a colaborar siempre y en todas partes con los prelados de la Iglesia en el ejercicio de nuestro ministerio, a tenor del derecho común.