Mateo 26,57-68: Jesús ante el Sanedrín
Cf. Marcos 14,53-65; Lucas 22,66-71; Juan 18,12-14
57 Los que habían arrestado a Jesús lo condujeron a la casa del Sumo Sacerdote Caifás,
donde se habían reunido los escribas y los ancianos.
58 Pedro lo seguía de lejos hasta el palacio del Sumo Sacerdote;
entró y se sentó con los servidores, para ver cómo terminaba todo.
59 Los sumos sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban un falso testimonio contra Jesús
para poder condenarlo a muerte;
60 pero no lo encontraron, a pesar de haberse presentado numerosos testigos falsos.
Finalmente, se presentaron dos
61 que declararon: "Este hombre dijo: "Yo puedo destruir el Templo de Dios y reconstruirlo
en tres días"".
62 El Sumo Sacerdote, poniéndose de pie, dijo a Jesús: "¿No respondes nada?
¿Qué es lo que estos declaran contra ti?"
63 Pero Jesús callaba. El Sumo Sacerdote insistió:
"Te conjuro por el Dios vivo a que me digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios".
64 Jesús le respondió: "Tú lo has dicho. Además, les aseguro que de ahora en adelante
verán al Hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir sobre las nubes
del cielo".
65 Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: "Ha blasfemado.
¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Ustedes acaban de oír la blasfemia.
66 ¿Qué les parece?" Ellos respondieron: "Merece la muerte".
67 Luego lo escupieron en la cara y lo abofetearon. Otros lo golpeaban,
68 diciéndole: "Tú, que eres el Mesías, profetiza, dinos quién te golpeó".