1 En aquel tiempo, como hubiese de nuevo una gran muchedumbre, y que no tenía qué comer,
llamó a sus discípulos, y les dijo:
2 “Tengo compasión de la muchedumbre, porque hace ya tres días que no se aparta de Mí,
y no tiene nada qué comer.
3 Si los despido en ayunas a sus casas, les van a faltar las fuerzas en el camino;
porque los hay que han venido de lejos.”
4 Le dicen sus discípulos: “¿Cómo será posible aquí, en un desierto, saciarlos con pan?”
5 Les preguntó: “¿Cuántos panes tenéis?” Respondieron: “Siete.”
6 Y mandó que la gente se sentase en el suelo; tomó, entonces, los siete panes, dio gracias,
los partió y los dio a sus discípulos, para que ellos los sirviesen; y los sirvieron a la gente.
7 Tenían también algunos pececillos; los bendijo, y dijo que los sirviesen también.
8 Comieron hasta saciarse, y recogieron siete canastos de pedazos que sobraron.
9 Eran alrededor de cuatro mil. Y los despidió.
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