LAS PRIMERAS ASOCIACIONES
por C.L. Stoeber, SF
La primera agrupación devota de la Sagrada Familia fue fundada por un padre de familia canadien-se: Jerome Le Royer de la Dauversiere en el siglo XVII (1597-1659). Jerome se consagró con su mujer e hijos a la Sagrada Familia durante la Fiesta de la Purificación de 1630 (actualmente Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo, 2 de febrero). Para atender a los enfermos y ancianos organizó a las familias en un "gremio" bajo el patrocinio de san José. El grupo fue aprobado por su obispo en 1634.
Jerome Le Royer de la Dauversiere
Treinta años más tarde, en 1662, el sacerdote jesuita Peter Chaumonot, preocupado por la precaria situación de las familias que vivían en la perifería de la ciudad de Montreal (Canadá), funda con la ayuda de la Madre Margaret Bougoyne y de varios laicos, la Asociación de la Sagrada Familia. Con ello buscaba "santificar a las familias cristianas a través de la imitación de la Familia del Verbo hecho Carne".
La asociación llamaba a sus miembros a "formar parte de la Sagrada Familia, imitando a la Persona que representan en su propia familia: los padres imiten a san José, las madres imiten a María, y los hijos imiten al Niño Jesús". El obispo Francis de Montmorency-Laval aprobó la asociacion en 1664 y el papa Alejandro VII un año más tarde, en 1665.
El papa Urbano VIII aprobó el 7 de febrero de 1640 en Florencia, Italia, una asociación que llevaba por nombre Hermandad de Jesús, María y José. De esta manera reconocía el servicio que los sacerdotes jesuitas realizaban en los barrios marginales de la ciudad.
Un siglo más tarde, otro jesuita, el sacerdote L. Offermans, redactó los Estatutos de la Asociación Universal de la Doctrina Cristiana con el subtítulo Asociación de Jesús, María y Jose, bajo el patrocinio
de san Francisco Javier. Su finalidad consistió apuntalar el magisterio de los papas Pío V, Pablo V y Gregorio XIII.
La Asociación de la Sagrada Familia es una agrupación de familias cristianas, aprobada por la Santa Sede, que por medio de la consagración a la Sagrada Familia, Jesús, María y José, tiende a ser una comunidad de discípulos, testigos y apóstoles de Nazaret.